Quintanilla del Monte cuenta ya con el servicio de transporte a la demanda que comunica la localidad con Villalpando, lugar al que suelen acudir los vecinos a realizar compras y a pasar consulta médica. La línea Quintanilla-Villalpando comenzó a funcionar hace aproximadamente quince días y ha supuesto, en opinión del alcalde, Miguel Barrero, «un balón de oxígeno para los vecinos que veían la imposibilidad de acudir a la población vecina por falta de medio de transporte».

El servicio se ofrece los viernes «si hay viajeros», porque coincide con «los días de análisis y controles del sintrom en Villalpando». Además, prosigue el regidor «el que nos acerque a la Villa propicia que podamos ir a otras poblaciones realizando combinaciones».

El Transporte a la Demanda, pretende que los vehículos que prestan los servicios regulares lleguen a los pueblos pequeños y alejados, y por lo tanto peor comunicados, cuando sus habitantes realmente lo necesiten.

Barrero asegura que «hay que tener en cuenta que en el pueblo hay mucha gente mayor que no tiene a nadie para que la lleve, entonces no le queda más remedio que coger un taxi o salir a la carretera a ver quien lo lleva. Así, gracias a la Junta de Castilla y León, que atendió nuestra petición, con una llamada tienes un día a la semana un transporte como Dios manda y que luego te vuelve a dejar en tu pueblo».

La nueva ruta, que ofrece sus servicios a los 105 habitantes de la localidad, se une a las cuatro ya existentes en la comarca de Campos-Lampreana y que une los municipios de Vidayanes-Manganeses de la Lampreana, La Tabla-Villarrín de Campos, San Cebrián de Castro-Manganeses de la Lampreana y Belver de los Montes-Manganeses de la Lampreana.

El Transporte a la Demanda instaurado en toda la comunidad por la Junta de Castilla y León, consiste en un sistema en el que el servicio se planifica porque hay una necesidad por parte de los usuarios y opera en zonas, franjas horarias o tipos de explotación en los que no se justifique económicamente su existencia, o en los que no sea posible la creación de un servicio de autobús convencional por razón de sus peculiares características, evitándose así que autocares de cincuenta plazas recorran vacíos los pueblos.