Por orden del señor cura. Esta fue la única explicación que en la mañana de ayer esgrimieron unos pocos vecinos de Bretó para llevarse la imagen de la Virgen de los Montes Negros de la ermita de Puente Quintos a la iglesia de su pueblo. La retirada de la pieza se realizó a primeras horas de la mañana de ayer, a hurtadillas y aprovechando la ausencia de devotos tras la romería que un día antes habían celebrado en el mismo paraje los vecinos de Granja de Moreruela. Sobre las once de la mañana, cuando se procedía a la limpieza de la ermita, una vecina se percató de que la talla no estaba. Alarmados por la desaparición, los granjeños pusieron los hechos en conocimiento de la Guardia Civil de Manganeses, cuyos agentes comprobaron que la pieza mariana se encontraba en la iglesia del pueblo vecino, que precisamente mañana celebra su tradicional romería, en la que se procesiona la misma Virgen.

Los vecinos de Granja de Moreruela, indignados por lo que consideran un «robo», esperan que el Obispado de Zamora se pronuncie de forma inmediata sobre el incidente antes de interponer la correspondiente denuncia ante la Benemérita, una demanda que podría acabar con la incautación de la imagen hasta que se decida si los vecinos de Bretó han cometido o no un delito.

En realidad, el conflicto surgió 24 horas antes, apenas acabada la procesión de La Pedrera, una fiesta que los granjeños celebran cada 25 de abril en Puente Quintos. Ese día, unos pocos vecinos de Bretó entraron en la ermita donde está depositada desde hace cientos de años la talla de la Virgen de los Montes Negros y ante el asombro de varias personas que en ese momento estaban rezando, mostraron su intención de trasladar la imagen a la iglesia de su municipio. Preguntados por la razón del «traslado», el grupo se limitó a decir que eran «órdenes del cura». El sacerdote en cuestión, Santiago Martín Cañizares, ordenado en mayo de 2012, está de viaje en Roma, donde hoy asistirá a la canonización de los papas Juan XXIII y Juan Pablo II, por lo que ha sido imposible recabar su testimonio.

Tras un pequeño «rifirrafe», los vecinos de Granja de Moreruela impidieron la «mudanza» de la pieza de advocación mariana y el grupo de Bretó decidió regresar a su localidad de vacío, no sin antes adelantar sin intención de volver al día siguiente para un nuevo intento. Y así fue. A pesar de que algunos habitantes de Granja madrugaron más de lo habitual para vigilar que la imagen permaneciera en su lugar, los vecinos de Bretó aprovecharon un «descuido» para entrar en la ermita y llevarse la imagen sin ningún tipo de notificación. En realidad, la pieza había sido trasladada hace meses a la iglesia de Bretó sin el conocimiento de los granjeños, al parecer por la decisión unilateral del sacerdote, quien ordenó «devolverla» solamente para la romería y recuperarla cuando apenas había acabado la procesión, un hecho que los vecinos de Granja de Moreruela consideran una «provocación».

El traslado de la Virgen ha roto la buena sintonía entre dos pueblos que llevan cientos de años compartiendo una ermita para la celebración de sus romerías sin ningún problema. Tantos años como la Virgen ha permanecido depositada en la ermita de Puente de Quintos, ya que los documentos custodiados en el Archivo de Benavente recogen que en el año 1585 ya había costumbre de celebrar la romería.