Responsables del proyecto transfronterizo Biourb, relacionado con la bioconstrucción y el edificación bioclimática apostaron ayer en Fermoselle por proponer que las bodegas de la villa sean declaradas Patrimonio de la Humanidad o, en su caso, Bien de Interés Cultural.

Las bodegas son uno de los patrimonios más representativos de la localidad, que cuenta con varios centenares de estas peculiares construcciones por el subsuelo de prácticamente todo el núcleo urbano.

El arquitecto malagueño Pablo Farfán presentó ayer en la Casa del Parque «Convento de San Francisco» las conclusiones del proyecto transfronterizo Biourb, realizado durante los años 2012 y 2013, y que resalta las necesidad de preservar el patrimonio vernáculo, de gran eficiencia energética, por ser un motor de desarrollo económico y turístico.

«Un patrimonio bien conservado es tan importante como los palacios y las iglesias» expresa Farfán, que destaca «la tendencia de la arquitectura moderna hacia la bioconstrucción y del turismo hacia el ecoturismo, que hace que la gente busque no solo el contacto con la naturaleza sin también disfrutar de edificios y construcciones de antaño, debidamente conservadas y restauradas».

El proyecto, financiado con fondos europeos, se centró en la zona transfronteriza de Arribes del Duero por la antigüedad de su arquitectura y por contar con unos sistemas de gran eficiencia energética. «En Fermoselle hay una gloria en el Castillo, de 1933, que hace que todo Castillo se calefacte con paja, y las bodegas fermosellanas, a través de los albañales y las zarceras, logran una refrigeración que hace que se refresquen en verano y que, en invierno, lleguen a calentarse por la fermentación» apuntó ayer. Pero estos sistemas se aplican en otros muchos pueblos y otras construcciones de la zona estudiadas merced al proyecto presentado ayer en Fermoselle.

Entre los objetivos de la presentación en la Casa del Parque de Fermoselle no solo estaba la explicación del proyecto, también buscar la implicación de alcaldes, agentes sociales y colectivos para, «entre todos, desarrollar una hoja de ruta para ir hacia una protección y revaloración del patrimonio vernáculo». Sorprendentemente, salvo el alcalde de Fermoselle, Alejandro Fermoselle Berdión, reinó una total ausencia de representantes municipales, reprochada por algunos asistentes al acto.

Pablo Farfán explicó los pormenores del trabajo en una exposición, correctamente apoyada en proyecciones y documentos, titulada «diversidad bioconstructiva transfronteriza, edificación bioclimática y su aplicación a la arquitectura y el urbanismo moderno». Farfán subrayó que «la tendencia en Europa va por el urbanismo participativo, la bioconstrucción y la eficiencia energética», e insistió «en la participación de las administraciones y la gente». Además, hizo hincapié en la existencia de «ayudas europeas a este tipo de actuaciones».

Según exponen en uno de los documentos editados para informar sobre el proyecto, «fueron visitadas 80 localidades y se encontraron diversas soluciones de construcción bioclimática y de bioconstrucción».

La presentación también contó con la participación del presidente de la Asociación para el desarrollo Natural y Cultural de Arribes-Sayago Tras os Montes «CUNARRIBES», Tomás Marcos, que propuso «coordinar un programa de conservación y divulgación de la arquitectura tradicional y la potenciación de la construcción ecológica en la raya hispano-portuguesa para el período 2014-2018». Expresó que «este proyecto quiere suponer un importante impulso a la actividad socioeconómica de la comarca y al desarrollo de un proceso de rehabilitación arquitectónica y patrimonial de mano de la iniciativa pública y privada». Para Tomás Marcos «la arquitectura y riqueza patrimonial es el resultado de la historia y de los condicionantes físicos y climáticos que han determinado los medios de vida de sus pobladores y han diseñado un paisaje característico».

En su criterio, «con la perspectiva y la experiencia acumulada, es necesario continuar esta labor de recuperación del nuestro patrimonio rural y arquitectónico, así como el inmaterial y etnológico que suponen los conocimientos de técnicas constructivas tradicionales». También manifestó que «con el ánimo de sentar unas bases de actuación y mejorar en todo aquello que sea posible, fomentar el desarrollo responsable, el ecoturismo, la rehabilitación y la "rehabitación" de nuestros pueblos, planteamos una serie de objetivos concretos a realizar en colaboración con las instituciones, vecinos, profesionales y agentes locales». Desgraciadamente, ayer la ausencia de unos y otros en el acto demostró la pasividad imperante.