A mal tiempo, la mejor cara. Ni una tarde desapacible con la permanente nube amenazando ni la insoportable y nunca acabada crisis pendiendo sobre todo bicho viviente, pudieron con la alegría y el torrente de imaginación desplegado ayer en Manganeses de la Lampreana. Los pueblos de Tierra de Campos y Pan se habían propuesto revivir el carnaval por todo lo alto y no decepcionaron.

Las calles de Manganeses no tenían nada que envidiar a un desfile capitalino que comenzaba a las puertas de la iglesia donde se concentraron los participantes para iniciar después el recorrido por las calles del pueblo en medio de una gran expectación y arropado por numeroso público. Tribus africanas convivían con animales salvajes, señales de tráfico con un original grupo de detergentes y lavadoras o las gestas medievales de Castrotorafe con unas animosas bailarinas tocando las maracas.

Las asociaciones pertenecientes a la Federación Espigas conmemoraron así la segunda edición de la iniciativa «Reviviendo el Antruejo» que contó con la participación de unas trescientas personas presentando unos originales disfraces que revivían diferentes época. Por las calles de Manganeses de la Lampreana circulaba el cuaternario coche de los Picapiedra con una llamativa patrulla de la Guardia Civil arrasando con todo lo que encontraba por delante. O un espontáneo labrador con cazadores, guardias civiles, forestales, jardineros... La fauna urbana era de lo más variado y original en esta loable iniciativa que pretende recuperar las grandes celebraciones del carnaval en el medio rural zamorano.

Y desde Palacios del Pan llegaba su singular grupo de antruejos que llamaban la atención del personal con sus sonoros cencerros y no menos llamativas indumentarias. Fresas, hadas, domadores, árboles, fontaneros, mineros, toreros... todo el mundo tenía cabida en el escenario de fantasía y diversión montado ayer en Manganeses de la Lampreana.

Y tras el desfile, que pudo desarrollarse sin una gota de agua, llegó la concentración de todos en el pabellón donde las murgas sacaron chascarrillos y originales tonadas. Todo se cerró con una merecida chocolatada.