Los mayores de Venialbo volverán a tener podólogo a la puerta de casa. Tras cuatro meses sin servicio, desde que en noviembre pasado el profesional que acudía decidiera vender la clínica móvil por falta de rentabilidad y competencia desleal de podólogos que trabajan en locales de forma ilegal, los jubilados podrán arreglarse de nuevo los pies en su propio pueblo. Todo ha sido posible gracias a la intervención del Ayuntamiento, que ha habilitado una sala en el edificio del consultorio médico, auxiliar a la del médico y la enfermera, y ha comprado el sillón reglamentario para poder atender a cada paciente.

Una solución que pone fin a la inquietud y malestar latente en las personas mayores por verse privadas de una prestación «muy necesaria», como han expresado en reiteradas ocasiones. Tras los sucesivos intentos de la Asociación de Jubilados por recuperar el podólogo, con recogida de firmas y mediación de la Federación Provincial, al final ha sido la determinación de los responsables municipales la que ha hecho posible que el servicio vuelva, al menos una vez al mes, a pasar consulta en Venialbo.

Y ya no lo hará en la clínica móvil a la que se habían acostumbrado los clientes sino en una consulta al uso adecuada para que cumpla los requisitos legales. Con una sala dispuesta en el propio centro sanitario, el principal obstáculo era la equipación de la misma con un sillón podológico y una silla que han sido comprados por el propio Ayuntamiento de Venialbo. Una inversión de cerca de 1.400 euros que permitirá trabajar al podólogo en condiciones legales.

«Había que solucionar un problema y nos pusimos manos a la obra; lo primero fue preguntar en la Junta de Castilla y León qué se necesitaba para poder abrir la clínica y como disponíamos de un espacio en el consultorio no ha resultado tan difícil» explica Jesús Vara, alcalde de Venialbo. Lo cierto es que con esta intervención del Ayuntamiento, Venialbo es el primer pueblo de la provincia que soluciona un problema importante para los jubilados del medio rural.

Todo se ha mirado al detalle intentado ahorrar costes, por eso tras varias alternativas para adquirir el sillón podológico al final la más económica resultó a través de internet. Y con un coste exacto de 1.385 euros, el Ayuntamiento ha comprado el instrumento básico que necesita la clínica para la atención a los pacientes. La ubicación en el consultorio facilita otras prestaciones como una sala de espera.

La consulta correrá a cargo del mismo podólogo que acudía tanto en Venialbo como otros pueblos del entorno. «La gente estaba contenta con él, ha habido acuerdo y pasará su primera consulta el sábado» precisa Jesús Vara. Ya están apuntadas quince personas y la idea es acudir una vez al mes, aunque dependerá de la demanda.

El propio profesional, Salvador Ausina, participó el pasado sábado en una reunión convocada en Venialbo por el alcalde y a la que asistieron una veintena de jubilados a los que se informó del restablecimiento del servicio de podología y pudieron conocer la instalación donde serán atendidos. También acudieron representantes de la Asociación de Jubilados de Moraleja del Vino, interesados en las gestiones realizadas. No han sido los únicos que están interesados en recuperar al podólogo. El alcalde de Venialbo está recibiendo también llamadas desde La Bóveda, Villabuena del Puente o Sanzoles.

«Hemos conseguido restablecer un servicio muy necesario para nuestros mayores, algunos de avanzada edad y con problemas de movilidad, y además dentro de la normativa; y el podólogo, que también hará una inversión para tener todo legal, ofrecerá unos precios asequibles para la población» indica Jesús Vara. El alcalde de Venialbo no renuncia a que el servicio pueda abrirse a pueblos del entorno; «ojalá tuviéramos una clínica comarcal, eso daría vida al pueblo y a la vez nosotros ponemos nuestros servicios a disposición de los demás».

«En un momento en que los pueblos luchamos por mantener los servicios básicos, los ayuntamientos debemos implicarnos al máximo» opina el regidor de Venialbo, quien admite que en su caso la apertura de la clínica ha sido más fácil por la disponibilidad de una sala en el propio centro médico.

Una instalación adaptada a la normativa para que el profesional pueda pasar consulta dentro de la legalidad a diferencia de ciertos casos donde se atiende a los pacientes en espacios no aptos.