«Nos parece que fue ayer/ pero hace ya veinte años/ que la Asociación del pueblo/ mataba el primer marrano». Julio Borrego, hijo de Moralina, hombre de letras y activo miembro de la Asociación Cultural «La Veiga», fue ayer el encargado de pregonar el XX Aniversario de la matanza de Moralina. «Veinte años no es nada» era el lema de una de las actividades señeras de este pueblo, que por primera vez ha tenido que buscar el cerdo fuera de Moralina, en Torregamones. Algo pasa en los pueblos. Si en el XX aniversario de la parva hubo que traer los burros de Gamones, también ha sido necesario «importar» el cochino porque ninguno había disponible en el pueblo.

Aún así, «La Veiga» permanece fiel a recuperación de la tradición gastronómica por excelencia en el medio rural en cuya recreación, como en tantas cosas, este pueblo ha sido pionero. Por un día, Moralina revivió aquellas jornadas de fiesta y trabajo, cuando el gruñido del cerdo ni llamaban la atención del vecindario, cuando los matanceros exhibían su maña y las mujeres se remangaban para lavar tripas, hacer morcillas o embutir la carne, cuando los varales se llenaban de chorizos y las ollas de carne.

Los chorizos hechos ayer servirán para preparar los hornazos de la feria de artesanía de este verano y la carne para otros encuentros y actividades organizados por una asociación siempre preocupada por mantener las tradiciones. En esta ocasión la Asociación de Tamborileros Zamoranos fue la encargada de poner música a esta fiesta gastronómica que se prolongó a lo largo de todo el día. Y si por la mañana degustaron el pistorejo, a mediodía dieron buena cuenta de un pollo con arroz y el bacalao. Y para la cena las patatas con huesos y unos chorizos a la brasa.

Además la asociación prepara un vídeo recopilatorio de estos veinte años ininterrumpidos de matanza. Y también, en su afán de no perder la vitalidad celebrará una asamblea extraordinaria para renovar cargos con el deseo de que gente nueva tome las riendas, sin perder la esencia de la asociación.

Alrededor de un centenar de hijos de Moralina revivieron aquellas tareas hoy casi perdidas desde la ausencia de muchos de los que fueron pioneros en la recuperación de la matanza y que hoy ya no están. También los recordó el pregonero. «Ahora, queridos amigos,/ no podemos olvidarnos/ de los que estaban aquí/ pero ya se nos marcharon;/ los queríamos hace veinte,/ los queremos este año/ y los seguimos queriendo/ aunque pasen otros tantos./ Estáis todos con nosotros/ porque nunca os olvidamos».