Terra Sostenible, denunciante de posibles fumigaciones aéreas sobre La Guareña, con repercusión sobre la salud de las personas y el ecosistema, y también del uso del territorio como posible zona de experimentación en la modificación de la atmósfera, solicita a los alcaldes de los municipios que realicen un censo de las instalaciones implantadas con fines de medir y conocer cuestiones relativas al clima y otros aspectos atmosféricos.

También solicita que faciliten un local para pode explicar este fenómeno y sus incidencias.

Además, responsables de Terra Sostenible, como Josefina Fraile y el ganadero de Argujillo Marcos Alonso, han presentado ante el Servicio de Protección de la Naturaleza una ampliación de la denuncia con datos «sobre la fumigaciones clandestinas efectuadas sobre La Guareña durante el pasado año».

Entre la documentación manejada se recoge, en el apartado «documentación probatoria, teórica y práctica, de experimentos de modificación de la atmósfera en el Levante Español, de la mano de corporaciones americanas». Ponen de manifiesto que «las actividades de modificación atmosférica de origen militar, de 1978 a 1985 se encauzaron en un principio a través del Departamento de plagas del Ministerio de Agricultura (se supone que con conocimiento de los sindicatos agrarios), justificando un interés agrícola, porque España no pertenecía a la OTAN, si bien paralelamente se llevaban a cabo estudios experimentales atmosféricos en la base militar de El Arenosillo (Huelva) de manos de la NASA. Exponen que, una vez que España se adscribe a la OTAN, «estos programas experimentales en nuestro país suben el listón, incluyendo los nuevos avances tecnológicos y patentes». Para Terra Sostenible «es de suponer que, considerando su ilegalidad dejen de llevarse a cabo a través del presupuesto del Ministerio de Agricultura de fácil fiscalización parlamentaria, pasando al Ministerio de Defensa, donde una fiscalización rigurosa y fiable es prácticamente imposible, bajo el palio de la Seguridad Nacional. Y estudios metereológicos».

También deja constancia de un listando de patentes relacionadas con estas cuestiones y un documento explicativo de que «estos materiales caen en la superficie y que son biodegradables, sin aclarar la toxicidad».

Josefina Fraile mantiene el interés por «informar de la hiperactividad en la Zona experimental Remedhus,especialmente en Villamor». Aluden a que el Seprona aplazó la visita a la zona, prevista para el día 9 enero, con el fin de identificar las antenas, y presumen que la demora sirva para «ganar tiempo para posiblemente alterar u ocultar pruebas».