Sólo tres localidades de la comarca de Tierra de Campos logran esquivar la sangría poblacional que sufren la mayor parte de los municipios de la provincia. Castroverde, Vidayanes y Villalba de la Lampreana son los únicos municipios que han logrado sumar vecinos desde 2009, según los últimos datos del padrón municipal recopiladas por el Instituto Nacional de Estadística hasta el 1 enero de 2013.

En el caso de Castroverde, su censo actual se sitúa en 379 habitantes, 15 más que hace cinco años. Respecto a 2012, el aumento ha sido de tres personas aunque la localidad ha logrado sumar una tendencia ascendente que se mantiene constante desde 2009.

El segundo mayor aumento se produce en Viyadanes, que gana seis habitantes en los últimos cinco años. Su padrón municipal actual es de 98 vecinos, frente a los 92 registrados en 2009.

Por último, Villalba de la Lampreana suma cinco habitantes en el mismo periodo hasta los 269 con los que cuenta en la actualidad. Como en dos casos anteriores, su crecimiento es constante y gradual desde 2009. Por el contrario, Villarrín, Villalpando y Villamayor sufren la mayor pérdida de habitantes en los últimos cinco años, en concreto, 215 en conjunto. Villarrín es la peor parada de las tres localidades, ya que ha perdido 79 vecinos desde 2009. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, su padrón actual es de 479 habitantes, frente a los 550 que alcanzaba hace cinco años.

La cabecera de comarca, Villalpando, tampoco se libra de la creciente despoblación del medio rural. El padrón actual de la villa se sitúa en 1.591 vecinos, frente a los 1.663 contabilizados en 2009, lo que supone un descenso de 72 empadronados. El descenso sólo se interrumpió entre 2010 y 2011, cuando el municipio logró sumar seis habitantes.

En el caso de Villamayor, experimenta una reducción de 64 censados en los últimos cinco años, desde los 447 contabilizados en 2009 a los 383 reflejados en el último padrón municipal. En la evolución demográfica experimentada en esta comarca zamorana, Villárdiga es la única localidad que mantiene la misma cifra de habitantes que hace cinco años. En 2009 contaba con 96 habitantes, los mismos que en la actualidad, aunque al año siguiente ganó cinco habitantes y en 2011 otros dos, pero en 2012 volvió a bajar a 96 vecinos. El menor descenso se producen en Quintanilla del Monte, que pierde solo tres habitantes en los últimos cinco años, hasta los 105 empadronados en la actualidad.

El segundo municipio de mayor tamaño de la comarca, Villanueva del Campo, también experimenta otra de las mayores pérdidas, en concreto de 58 habitantes en los últimos cinco años, desde los 996 que registraba en 2009 a los 2013 con los que cuenta en la actualidad. Cerecinos de Campos sufre la misma reducción de vecinos en dicho periodo, desde los 368 a los 310. A continuación se sitúan Belver de los Montes, que pierde 51 habitantes, hasta los 331 actuales y Villafáfila, cuyo censo actual se sitúa en 542 habitantes, 40 menos que hace cinco años. Le sigue Villalobos, con 34 empadronados menos, hasta los 283 recogidos en el último censo. El siguiente puesto es para Revellinos, que ha restado 33 censados desde 2009 y en la actualidad registra 275 vecinos. Por su lado, Villar de Fallaves pierde 23 vecinos en los últimos años y se queda con 57. Tapioles tampoco esquiva la sangría poblacional y sufre un descenso de 19 empadronados desde 2009, hasta los 177 actuales. Le sigue Cañizo, que cuenta con 16 habitantes menos, hasta los 258 actuales. Prado resta 15 y se queda con 70, mientras que Granja de Moreruela pierde 10 (292 en la actualidad); San Martín de Valderaduey resta nueve (75); San Esteban del Molar ocho (143); Cotanes siete (122); y San Agustín del Pozo cinco (200), los mismos que Quintanilla del Olmo (36).