Aliste se ha metido de lleno en la campaña de recogida de castañas, pues mientras hacia la zona de la Sierra de la Culebra se llevan quince días recogiendo, hacia la frontera hispanolusa ha llegado la maduración tarde. Aunque ha sido un año atípico, no llovió nada en agosto, al final aunque hay menos castañas, si las hay de calidad. Los precios de la injerta que en los inicios de la campaña alcanzaron un precio de 1,50 euros por kilo se mantienen a pesar de la abundancia hay mercado. En el caso de las bravas se están manteniendo en torno a los 1,10 céntimos.

Las concentraciones parcelarias han traído consigo un resurgimiento espectacular de la castañicultura en dos pueblos limítrofes y fronterizos, Sejas y Trabazos, que en no más de cinco años pueden convertirse en los dos principales productores de castañas de la provincia de Zamora. Son ya muchos los propietarios que al contar con grandes parcelas y decaer la agricultura y la ganadería han optado por la repoblación con castaños bravos que luego son injertados. Los castaños se cuentan ya por millares.