La Corporación del Ayuntamiento de Fermoselle rechazó en Pleno la propuesta del alcalde, Alejandro Fermoselle Berdión, de nombrar al profesor e investigador Manuel Rivera Lozano «como hijo predilecto de la villa de Fermoselle, a título póstumo». La propuesta contó con el voto favorable de los tres representantes del Partido Popular, que forman el Equipo de Gobierno, la posición en contra de la socialista Susana Hernández, el representante de Adeiza Miguel Ángel Prieto y del concejal no adscrito Julio Vaquero; y la abstención del portavoz del PSOE Feliciano Arce y del edil del Centro Reformista Democrático Segismundo Barrueco. Al requerirse la mayoría absoluta, y no ser válido el voto de calidad del alcalde, la propuesta quedó rechazada. Excusó su ausencia y expresó sus condolencias con la familia de Rivera Lozano el edil de Unión del Pueblo Leonés, Enrique Serrano.

El debate y las discrepancias de los corporativos se centraron entre la decisión de votar o dejar sobre la mesa el único asunto del orden del día. El alcalde popular Alejandro Fermoselle insistió una y otra vez en que procedía votar «porque el expediente estaba completo», y reiteró que «ninguno de los concejales se había dignado a mirarlo desde que se convocó la sesión». La oposición recalcó que la decisión fue tomada sin contar con el resto de los corporativos, y solo por la Junta de Gobierno, y reclamó «mayor participación, consenso y no actuar unilateralmente». La socialista Susana Hernández, respaldada por toda la oposición, solicitó que la cuestión quedara sobre la mesa «para estudiarlo con más detalle y abordarlo en un nuevo Pleno».

Precisamente la propuesta de dejar sobre la mesa el asunto también llevó a intervenir a la secretaria que leyó y releyó el artículo 92 del Reglamento de Organización y Funcionamiento de Régimen Jurídico de las Entidades Locales. El contenido del mismo dice que «cualquier concejal podrá pedir, durante el debate, la retirada de algún expediente incluido en el orden de día, a efecto de que se incorporen al mismo documentos o informes, y también que el expediente quede sobre la mesa, aplazándose su discusión para la siguiente sesión. En ambos casos, la petición será votada, tras terminar el debate y antes de proceder a la votación sobre el fondo del asunto». Una cuestión que se pidió que «constara en acta».

El hecho de que la socialista Hernández votara en contra y no se abstuviera, como hizo su compañero de partido Feliciano Arce, se debió, según indicó, «a que no puedo abstenerme y que el alcalde, con tres votos y no teniendo en cuenta a nadie, imponga su opción. Se niega acatar la ley y con mi voto no puede permitir que haga lo que quiera».

Todos los corporativos, sin embargo, dejaron patente su posición a favor de que Manuel Rivera tuviera un reconocimiento, incluso una calle. Para el alcalde, Fermoselle Berdión, «en Manuel Rivera concurren méritos más que suficientes para ser distinguido con dicha condecoración por haber sido cronista, investigador de la historia de Fermoselle y extraordinario embajador, y destacó su fermosellanismo y sus valores humanos».

Feliciano Arce, que dijo «unirse a la petición del alcalde», manifestó que «se había quedado corto» y pidió «la dedicación de una calle», pero criticó que la propuesta de la Alcaldía «se hubiera hecho sin contar con los concejales. Miguel Ángel Prieto habló «de un perjuicio comparativo con otras personas» y pidió «tener un baremo y respetar la historia de Fermoselle», haciendo mención a otros benefactores de la villa como Conchita Regojo, Francisco Galiana y Don José que facilitaron becas, la traía del agua o la puesta en marcha de la Cooperativa. Julio Vaquero subrayó que «esto hay que tomarlo con más calma porque una persona no llega a la santidad de la noche a la mañana», y la Alcaldía «por no tener la deferencia de exponerlo a los compañeros». Segismundo Barrueco aprovechó su turno para reprochar la propuesta del regidor «por hacerlo sin contar con nadie». Una afirmación negada por el alcalde, que destacó que «el Ayuntamiento está abierto para todo el mundo», e insistió en que el asunto del orden día era la propuesta del nombramiento y era lo que debía votarse. ¿Hay que votar siempre los puntos del orden del día? preguntó Barrueco. Con la votación concluyó el Pleno.