Con la colocación de andamios comenzaba a finales del semana los trabajos de restauración en la iglesia de Santa María Magdalena de Corrales del Vino, una intervención dirigida principalmente al tejado de la torre donde se encuentra el campanario, ya que es precisamente en esta zona donde se han producido la mayor cantidad de desprendimientos de pequeñas piedras durante los últimos meses.

El proyecto trata de arreglar la torre del inmueble religioso desde la base del tejado del resto del edificio hacia arriba, manteniendo la espadaña y arreglando el campanario antes de colocar un cincho de hormigón alrededor de la base. El proyecto contempla igualmente, según explica el párroco José de la Prieta, la limpieza de la piedra y el arreglo de las cornisas de arriba, además del cerramiento de los boquetes de las campanas con la forma adecuada «anteriormente estaban cerradas pero las palomas han acabado rompiendo el cerramiento».

Las obras que se acaban de iniciar ahora, a finales de septiembre, tendrán una duración aproximada de tres meses y cuentan con aportación a partes iguales de la Diputación Provincial y el Obispado, con una inversión total estimada en cerca de cuarenta mil euros. La financiación que se enmarca dentro del convenio de colaboración entre la Diputación y el Obispado tiene como novedad que será la parroquia de Corrales la que devolverá al Obispado la parte que le corresponde, eso sí, «poco a poco», explicaba el sacerdote.

Ha sido precisamente esta parte de la iglesia, la torre, la que ha presentado un mayor deterioro durante los últimos años, hasta el punto de desprenderse piedras de algunos de los muros que la forman, lo que obligó al Ayuntamiento ya hace meses a colocar vallas para formar un perímetro de seguridad, que evitara posibles accidentes o daños a las personas por la caída de cascotes. Hace cinco años, también por problemas de semejante índole, ya se acometieron obras en uno de los hastiales de esta iglesia construida en sillería isódoma arenisca que consta de tres naves de diferente anchura, que rematan en tres ábsides poligonales de ricas bóvedas de crucería claramente góticas, con torre a los pies y una espadaña sobre la nave de la epístola.