La muerte de ciervos por enfermedad, presumiblemente por pasteurelosis, va incrementándose a juzgar por la aparición de nuevos cadáveres por uno y otro pago de la Reserva regional de Caza de La Culebra y su entorno.

Doce son los cadáveres de ciervos reconocidos hasta el momento, debido al episodio de mortandad de estos animales que se está produciendo en la provincia de Zamora, indicó ayer en Morales el delegado de la Junta, Alberto Castro, quien precisó que desde el sábado no se ha encontrado ninguno más.

El alto cargo trasladó «un mensaje de tranquilidad, porque no existe riesgo sanitario para la población» y defendió la gestión que se está haciendo de los cadáveres.

«La Junta de Castilla y León tiene un protocolo de recogida de animales. Si se trata de un animal salvaje en un entorno natural, no siempre se puede recoger. El protocolo indica que se deben recoger los cadáveres en zonas donde exista un cierto riesgo, zonas habitadas, o de baño, por ejemplo. En ese caso el protocolo es inmediato» expresó. «Cuando es un coto, se le avisa para que actúe. Pero cuando es una muerte de cualquier animal el propio ecosistema lo elimina. Si estamos promoviendo muladares para alimentar a la fauna, incluso con animales domésticos en algunas condiciones, más aún en un entorno como la Sierra de la Culebra, de muy difícil acceso» manifestó Castro.

Con respecto al ciervo enfermo recogido en Villaralbo, indicó que «evoluciona favorablemente, le ha bajado la fiebre» y se está estudiando «para saber qué tipo de enfermedad» es la que causa las muertes de estos ejemplares. «En principio parece que es la misma enfermedad, la pasteurelosis, que apareció también en 2010, pero no tenemos todavía la confirmación de los análisis enviados a León porque el cultivo y el tratamiento que se hace tarda más de diez días». Los indicios, no obstante, parecen indicar que es la misma enfermedad que en 2010 «y los técnicos de la Junta seguimos trabajando para localizarla e intentar actuar en la medida de lo posible».

La Asociación en Defensa de Sanabria y Carballeda denuncia que el número de ciervos muertos en la Reserva regional de Caza va en aumento y afectando a otras localidades como Boya, donde en la última semana se ha retirado un ejemplar. La Guardería Medioambiental ha retirado además otro ejemplar en los últimos días del coto de caza de Villanueva de Valrojo.

El representante de la Asociación en Defensa de Sanabria y Carballeda, José Luis Baladrón Ferrero, que «sin estar confirmado si la muerte de los ciervos es por sobrepoblación o pasteurelosis, lo que tiene que hacer la Junta es retirar los ciervos que no se están recogiendo. Todos los días vemos a los guardas en lugares que no son sus puestos de trabajo habituales». Muchos de los animales afectados están sin descubrir, aunque hay signos evidentes de su presencia principalmente por la presencia de aves carroñeras y olor en las zonas de paso de ganados y personas «si no son capaces de controlar todos los casos, al menos tendrán que recoger los que se ven» y señaló que «en Villanueva de Valrojo no se ha retirado el animal aparecido hace varios días».

La asociación ha presentado una queja ante el presidente de la Junta tras el hallazgo de un ciervo muerto en el paraje «La Crespa», de Villanueva del Valrojo. En relación con este suceso la Junta confirmó que tenía noticia de la muerte de varios más y «la denuncia que ahora formulo es que los restos del animal fallecido continúan en el mismo lugar, sin que se haya procedido a retirarlos conforme ordena el artículado de la Ley de Sanidad Animal, poniendo de relieve este hecho una grave dejación de las obligaciones que incumben a la guardería forestal, o a la que resulte competente».

Baladrón recordó al delegado territorial de la Junta que «los ciudadanos tienen obligación de informar de cualquier foco infeccioso de acuerdo a la Ley de Sanidad Animal, que es lo que hemos hecho desde la asociación en este caso».

Baladrón exigió que «como mínimo, los que somos de Madrid podamos pasar las vacaciones en nuestra tierra con todos nuestros derechos».

Con respecto a los últimos ataques de lobos, Castro dijo que la Junta se pone en el lugar de ganadero que sufre los daños, aunque recordó que al sur del Duero no es una especie cinegética, por lo que no se puede cazar. «Por parte de la Junta hemos tomado la decisión de actuar en ese entorno, vamos a hacer un control de densidad e intentar en ese entorno bajar la presión y habrá que seguir trabajando. También es verdad que las medidas que tomamos en la zona sur son siempre a posteriori, una vez que se producen los daños». El delegado recomendó a los ganaderos afectados por daños que denuncien «y por supuesto intentaremos reducir la presión que se está produciendo por toda la zona de Peñausende y La Guareña donde de manera repetitiva actúa una manada, no solamente localizada en Zamora, también viene de Salamanca. La tenemos localizada y trataremos de bajar la presión en algún ejemplar en esa zona». Castro entendió «el cabreo de los ganaderos, pero no podemos más que actuar a posteriori, porque la Unión Europea no nos deja otra opción».