La localidad de Trabazos ha vivido en los últimos días del mes de mayo una concurrida y animada convivencia sobre costumbres comunales relativas al aspecto cultural y folclórico.

El objetivo ha sido recuperar y poner en valor la tradición popular gracias a los alumnos y los profesores de la asociación «Aulas de Música de Aliste y Tras Os Montes», que han estado arropados por vecinos y también foráneos alistanos de todas las edades.

Las calles y jardines del pueblo, muy en particular el entorno de la ermita de Nuestra Señora la Virgen de la Soledad, muy bien cuidado, recuperaron la gracia y el colorido de antaño. Las gentes se engalanaron con las bellas prendas que tras años de olvido en los baúles, que no en las memorias de los más ancianos, mostraron su esplendor. Se lucieron manteos y gabachas, justillos y chalecos, calzones y bragas, fajas y mandiles de picote y galón, merinos y franceses, junto a las capas pardas alistanas, mantos de cresta, jibonas, zapatos de oreja, monteras, medias de lana, faltriqueras o bantales, mantillas, mantos y mangones. Ropa de trabajo y de fiesta aderezada con los pendientes de calabaza y corales.

El cambio intergeneracional de padres a hijos, de abuelos a nietos, es vital para conservar y transmitir las tradiciones. Entre los participantes brillaba con luz propia Judith, un preciosa niña alistana de apenas un año de edad.

La cita contó con la presencia de Pablo Madrid, que disertó sobre la vinculación entre el Consorcio de Fomento Musical de Zamora, del que es director y gerente, y Aulas de Música de Aliste y Tras Os Montes, presidida por Miguel Bermúdez, en ambos casos con la recuperación y el mantenimiento del folclore popular como objetivo capital.

La gastronomía, a base de los productos tradicionales de la zona, fue otro de los alicientes y atractivos: ternera de Aliste a la brasa, hornazos, bollo maimón, rocas caseras elaboradas por las mujeres del pueblo y el vino local.

Los cantares y tonadas alistanas propias de otros tiempos animaron el ambiente a base de la peculiar música de la gaita de fole, la dulzaina, la flauta pastoril y el tamboril. Las ancestrales danzas contaron con la coordinación de Alba Alonso. Uno de los grandes atractivos fue el «Baile de la Medida» típico de las bodas alistanas que se hacía por la tarde en la convidada de los padrinos a todo el pueblo.

En la cita hubo personas de Trabazos, Pobladura, Nuez, Alcañices, Rabanales, Sejas, San Juan del Rebollar, San Vitero, San Vicente de la Cabeza, Viñas y Riofrío de Aliste.