Los vecinos de Olmo de La Guareña llevan cinco meses sufriendo los problemas existentes en la única vía de comunicación de acceso y salida del pueblo, y que les une con la localidad de Vallesa y el resto del mundo.

El pasado mes de enero parte de una tapia de una finca aledaña se vino al suelo y cayó sobre la calzada, y desde entonces se ven obligados a circular un tramo que únicamente admite un solo sentido. Las quejas vecinales vienen motivadas no solo por la tardanza de la Administración en acometer una reparación que consideran urgente, y que se lleva reclamando desde el primer momento, también porque, a pesar de la señalización, los usuarios se encuentran con este engorroso trayecto tras superar unas curvas y una pendiente y es más que evidente el peligro.

Ponen de manifiesto, además, que debido a las importantes precipitaciones habidas a lo largo de la primavera la cuneta se ha cubierto de una espesa vegetación que encubre el fondo y se suma así un nuevo peligro para los usuarios de la vía.

Olmo de La Guareña incide en denunciar la mala situación que presenta la carretera y los peligros que conlleva este agravio en unos momentos en que la localidad registra un incremento de población. Precisamente este fin de semana el pueblo celebra la fiesta de la Virgen de la Paz, una efemérides que goza de todo el aprecio y anima a las personas a estar presentes en los actos religiosos, gastronómicos y musicales organizados al efecto. La Diputación provincial, titular de la carretera, según fuentes vecinales justifica la demora en el arreglo del área en que se están llevando a cabo «estudios geológicos».

La vía de Olmo es utilizada no solo por los propios vecinos en sus idas y venidas a una y otra parte; dos días a la semana es recorrida por un coche de línea que acerca a las personas que precisan de análisis clínicos en Salamanca, más por el panadero y los vendedores que suministran alimentos y otros productos al vecindario.