La población de Pinilla de Fermoselle celebró ayer la romería de San Miguel, que, además de compartir con el resto de los festejos los tradicionales actos religiosos y procesionales, en su caso goza del encanto del paisaje ribereño de Arribes del Duero, en estos momentos vestido con un admirable colorido.

Los romeros partieron de la iglesia de la Virgen del Carrasco, en plena plaza de Pinilla, y recorrieron en procesión los más de dos kilómetros de trecho que existen hasta la ermita de San Miguel, asentada en un altozano que favorece las contemplaciones del entorno natural y la oxigenación.

En su marcha, portaron las imágenes de San Miguel, que fue llevado a hombros por hombres, y también la figura de la Virgen del Carrasco, portada por mujeres. La comitiva romera también lució estandartes y cruces aunque, en este caso, el pendón fue dejado erguido en el centro de la plaza.

Es una procesión que discurre con entrañable la veneración porque son dos imágenes que despiertan la máxima devoción de los habitantes La misa fue oficiada por el párroco, don Isaac, y tuvo lugar al aire libre y en plena naturaleza. El tiempo soleado y la floración de la vegetación otorgaron a los romeros una jornada de campo placentera y fotográfica.

El ambiente romero estuvo animado musicalmente con los sones del grupo de tamborileros Juan de la Encina, de Fermoselle y, como es habitual, tras la celebración religiosa se disfrutó de un aperitivo financiado por el Ayuntamiento de Villar del Buey. La tarde mantuvo la misma atmósfera romera de la mañana, con danzas y bailes folclóricos al que se prestaron algunas personas, y con una nueva misa, oficiada en este caso en el interior de la ermita. La población de Pinilla retornó seguidamente al pueblo en una nueva marcha procesional y portando las imágenes para dejarlas a buen resguardo en el interior de la iglesia de la Virgen del Carrasco.

José Carlos Garrido cifró en unas trescientas personas las que ayer tomaron parte en la romería de San Miguel de Pinilla de Fermoselle. Realmente, la festividad revitalizó la estampa social del pueblo, que durante buena parte del año mantiene un reducido número de habitantes, aunque es una población con una gran ligazón a las actividades camperas.

En la jornada de ayer se sumaron a la romería no pocos fermosellanos, que mantienen con Pinilla su propia vía de comunicación por un entorno típicamente ribereño. El buen tiempo favoreció el desarrollo de la jornada y el disfrute de la naturaleza.

El programa siguió su curso al caer la noche con una verbena de karaoke.