La Junta de Castilla y León lleva a cabo «una actuación para evitar la instalación como nidificante de un pequeño grupo de cotorras argentinas en Monfarracinos». Según informa, «en el año 2012, en colaboración con el Coto de Monfarracinos, intentó sin éxito capturar a un grupo de cotorras y recientemente se ha localizado de nuevo un nido de este animal, lo que ha motivado a la Patrulla de Control de Fauna a intervenir para evitar que esta especie exótica se asiente en la provincia».

Sobre la cotorra argentina (Myiopsitta monachus), que tiene una apariencia llamativa debido a su plumaje verde y a su pico amarillo, afirma que «se ha convertido en un verdadero problema en muchas ciudades españolas». Justifica «la presencia de estas aves en la naturaleza a que algunas personas las adquirieron como animal de compañía y, al cansarse de ellas por su carácter chillón y violento, las han soltado ilegalmente». La falta de depredadores y su capacidad para comer prácticamente de todo -hierba, piñas, cipreses, fruta, etc.- ha beneficiado la proliferación de las cotorras argentinas.

La Junta de Castilla y León pide «la colaboración de los ciudadanos, evitando la compra y suelta posterior de especies invasoras». Apunta que «la provincia de Zamora ya estuvo a punto de sufrir las consecuencias de la suelta ilegal de esta especie invasora en los años 90».

La Junta resalta que «estas aves exóticas tienen un gran potencial colonizador y constituyen una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats y los ecosistemas, por lo que han sido incluidas en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, de modo que está prohibida su introducción en el medio natural, su posesión, transporte, tráfico y comercio. Se caracterizan por ser un gran depredador de su entorno y construir grandes nidos, generalmente sobre árboles, aunque también usan otro tipo de mobiliario como farolas o torretas eléctricas». Respecto a sus nidos, «con un peso de hasta 150 kilos, causan daños en los árboles llegando incluso a matarlos. Además, con el peso muchas ramas se rompen poniendo en peligro a los transeúntes». Incide también «en de los perjuicios ecológicos», y señala «que las colonias de cotorras generan donde se instalan graves daños a los agricultores y problemas a los vecinos por su carácter ruidoso».