Los movimientos de tierra realizados con motivo de la ejecución del trazado y de los túneles de las obras del AVE provocan un importante impacto negativo en las aguas trucheras de la Alta Sanabria, según denunció ayer la Asociación de Pesca de Sanabria y Carballeda.

Los ríos de la Alta Sanabria están acumulando tierras y lodos procedentes de las megaobras correspondientes al trazado del AVE, pero hay que sumar el problema de las toneladas de vertidos de sal procedente de las labores del mantenimiento invernal de las carreteras que, al decir de un pescador, «mata a los peces de agua dulce y habrá que repoblar con peces del mar».

Un tramo fluvial sintomático de lo que está ocurriendo es el vedado del río Pedro, uno de los afluentes principales del río Tuela. La veda de estas agua en un tramo cercano a los cinco kilómetros aguas arriba del Tuela se ha abierto esta temporada con resultados menos esperanzadores de lo que se preveía. La zona comprendida desde la presa de la minicentral hasta su incorporación al río Tuela estuvo vedada varios años, precisamente para la recuperación de la trucha autóctona.

Los movimientos de tierra en los valles y zonas montañosas provocan «los vertidos y arrastres que están enlodando el fondo del río», expresan los pescadores de la asociación. Esos mismos arrastres tapan los agujeros que sirven de refugio a las especies y, en particular, a la trucha común, además de repercutir irreversiblemente en sus zonas de freza. Al enturbiar las aguas también descienden los niveles de oxigeno, un factor determinante para la presencia de la especie en las aguas serranas.

Los pescadores tenían esta campaña esperanzas de que la pesca en la zona de veda levantada deparara buenos resultados a comienzos de la temporada pero la pesca está imposible, según describen los aficionados. El tamaño de las capturas tampoco es el esperado para una zona que ha permanecido acotada siete temporadas. A eso hay que sumar otro factor negativo, como es la pesca furtiva, que todavía sigue vigente en los tramos trucheros.

Que las obras del AVE iban a tener un impacto negativo era previsible y algo anunciado desde el colectivo de pescadores. El movimiento de tierras de menor envergadura que se realizó en los años 90, con la construcción de la autovía de las Rías Bajas, ya provocó el descenso de la población y el empeoramiento de las condiciones ambientales para la proliferación de la trucha común. Al movimiento de tierras hay que sumar las escombreras y depósitos de tierras en las laderas con aguas vertientes al cauce altosanabrés.