La construcción de un velatorio en el anejo de Las Hedradas, en el municipio de Lubián, divide al vecindario en el que residen 11 habitantes. El edificio promovido por la Junta Vecinal de Montes de Las Hedradas para su uso público, ocupará un lugar céntrico de la pedanía donde se ejecutará la construcción de un nuevo inmueble de raíz. Las personas que se pronuncian en contra de la obra mantienen el anonimato para que no haya ni represalias ni enfrentamientos, aunque quieren dejar constancia de su desacuerdo con la obra sobre la que no han tenido oportunidad de expresar su opinión.

El velatorio está proyectado y en su fase inicial de construcción en el centro del casco urbano, en medio de una agrupación de casas y segundas residencias vacacionales. El pueblo es muy pequeño y el nuevo edificio no va a pasar desapercibido.

La Junta vecinal adquirió algunas viviendas de particulares derruidas en una calle céntrica cerca de la iglesia. Las edificaciones antiguas ya se han demolido para dejar paso a un amplio solar donde aparece ya la plataforma donde se asentarán los cimientos del velatorio. Para los afectados la obra se ha proyectado sin consultar con la totalidad de los propietarios colindantes, además de argumentar que «es innecesario un velatorio en un pueblo donde viven 11 personas». Abogan además por otro tipo de equipamiento para que se reúnan las personas mayores y para que haya algún local para los niños y jóvenes que vienen en verano.

Las personas que se consideran afectadas han trasladado una queja a los servicios de Atención a Municipios de la Diputación provincial los requisitos para construir un velatorio y qué normas regulan su funcionamiento, aunque desde la entidad se ha respondido que se trata de una competencia municipal.

También se ha dado traslado, mediante una consulta, al Ayuntamiento de Lubián, que tiene que otorgar las licencias y los permisos de obra para el nuevo edificio. El Ayuntamiento por su parte precisa que la obra es una propuesta de la Junta Vecinal que tendrá que cumplir los requisitos de concesión de las licencias de obra, pero también entiende que suple una necesidad de los vecinos «que en muchos casos tienen que hacer el velatorio en sus casas -una costumbre tradicional- pero que conlleva dificultades porque a menudo es complicado entrar con los féretros por las escaleras de las casas». El alcalde del municipio, Felipe Lubián, estima que la mayor parte de los 11 residentes del pueblo, uno de los más pequeños del municipio, están de acuerdo con el velatorio y que las quejas parten de los veraneantes, de lo que ya tiene constancia. El uso del velatorio será esporádico, según el responsable municipal, porque hay muy pocas personas residentes en el pueblo y el número de enterramientos en las dos últimas décadas ha sido mínimo.