Un vecino de Otero de Bodas de 68 años, I.A.V., sufrió un accidente grave provocado por la irrupción de un ciervo en la carretera Nacional 631, entre los términos de Otero de Bodas y Ferreras de Arriba. El accidentado tuvo que ser trasladado a un centro hospitalario de la capital donde se le atendió de sus lesiones, un corte en la cabeza que precisó 27 puntos de sutura, una luxación en el hombro y numerosas contusiones.

El suceso ocurrió el pasado miércoles sobre las nueve de la noche, en la N-631, en el tramo comprendido entre los términos municipales de Otero de Bodas y Ferreras de Arriba en la demarcación de la Reserva de la Sierra de la Culebra. El conductor I.A.V. regresaba a su casa después de pasar la tarde recogiendo setas. En el momento que circulaba por la nacional dirección a Otero entró en una curva donde unos arbustos impedían la visibilidad total del arcén, al finalizar este trazados los dos ciervos que se encontraban tranquilamente en la cuneta saltaron a la carretera, al verse sorprendidos, según describen los familiares de la persona herida.

El conductor, con gran experiencia, no pudo evitar la colisión cuando se vio sorprendido por la irrupción del ciervo en la calzada, al que alcanzó por un costado. Como resultado, el vehículo, un Citroën Xara Picasso, salió despedido y dio varias vueltas de campana, para caer de forma aparatosa a una decena de metros de la carretera. El habitáculo quedó totalmente destrozado y el conductor salió herido. El animal por su parte salió huyendo, aunque restos de su pelaje quedaron adheridos en el punto de impacto. Los «airbags» laterales se abrieron salvando la vida al conductor que quedó atrapado en el habitáculo, hasta que pudo sacar del bolsillo la navaja y cortar el cinturón de seguridad. Dos vehículos pasaron por la carretera tras el accidente y no prestaron auxilio, aunque la familia desconoce si es que no se percataron del accidente. Un tercer conductor sí se paró a socorrer a este vecino de Otero de Bodas. Las primeras asistencias que recibió fueron de sus convecinos de Otero, que fueron hasta el lugar del accidente casi de inmediato, cuando el conductor accidentado llamó a su casa para avisar del percance. La familia precisa que el servicio de emergencias tardó más de una hora en recoger al herido, cuando a veinte minutos están las asistencias de Mombuey o Tábara. La patrulla de la Guardia Civil, según la familia, también tardó una hora ya que tenía que desplazarse desde Benavente. Los afectados denuncian el riesgo de accidente por la abundante fauna que recorre la carretera a las horas más insospechadas, fuera del amanecer y del atardecer. Este sábado cuando sus parientes volvían al punto del accidente para inspeccionar de nuevo la zona, a las once de la mañana, se encontraron de nuevo con dos ciervas en el mismo punto.

Según los testimonios de los vecinos de la zona, no es la primera vez que ocurre un accidente provocado por la aparición repentina de un ciervo en la calzada. Los animales cruzan la carretera a su antojo, sin ningún tipo de control. «Ya son diez los casos de colisión con animales en esta zona, que es Reserva Natural y, por lo tanto, depende de la Junta de Castilla y León», según los familiares del conductor muy preocupados por la situación.