La Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León «puede y debe mantener abierta la unidad veterinaria de Tábara, Santibáñez de Vidriales y Manganeses de la Lampreana por la importancia y los imprescindibles servicios que presta a los vecinos de los pueblos que se dedican a la actividad agroganadera a título principal». Así de rotundos se expresaban ayer los alcaldes de 18 municipios, reunidos en Tábara, en el transcurso de la acalorada asamblea general celebra en el salón de Plenos de la villa. Según los datos barajados por los ediles, en la zona hay un total de 296 explotaciones. Lo mismo sucedió en la asamblea de Santibáñez y, el jueves, en la de Manganeses que, en conjunto, suman 889 explotaciones.

Agricultores y los ganaderos, así como los vecinos de los pueblos, mostraron su apoyo a los regidores municipales para «formar un frente común y no perder ninguno de los pocos servicios que hemos tenido». Califican de «muy importante e imprescindible la labor desarrollada por los veterinarios», a la vez que advertían que «obligarnos a desplazarnos a Zamora, Benavente, Alcañices o Puebla puede empujarnos a más de uno a tirar la toalla y abandonar la actividad». Otros afirmaban, con ironía, que «tal vez eso es lo que quieren».

Los alcaldes sacaron a colación las palabras de Juan Vicente Herrera, en el discurso de investidura, al decir que « este es un momento de colaboración y ayuda de todos», y a la consejera Silvia Clemente las suyas ofreciendo «dialogo abierto y fluido». Aseguran que «se comprometió a permanecer atenta a todas las voces», y esto les hace pensar que «también a la voz de los alcaldes del mundo rural de la provincia de Zamora».

Los alcaldes reunidos en Tábara destacaron que «el sector, en cuanto a su importancia social, ocupa en Castilla y León aproximadamente 90.000 personas», y precisaban que «hay un agricultor de menos de 35 años por cada diez de más de 55». A la vista de los datos se preguntaban si «¿los jóvenes de nuestra tierra se incorporarán al sector si cada día les ponemos más dificultades?, ¿se creará empleo?, ¿se fijará población en el mundo rural? si cada día le cuesta más dinero y tiempo desplazarse para cumplir con las leyes que dicta la Administración».

Los alcaldes se mantuvieron firmes en mostrarse «contrarios a la remodelación de las unidades periféricas en materia agraria y ganadera, unidades de desarrollo agrario y unidades veterinarias de Zamora (Tábara, Manganeses y Santibáñez)». Dijeron «considerar un ataque más a un sector que está sufriendo las consecuencias de una crisis que no ha generado. Esta reestructuración implica, además, que muchos ganaderos tendrán que desplazarse kilómetros para realizar las gestiones que la Administración les impone, siendo causa de trastornos que se añaden a la ya pesada carga burocrática que padecen». Los ganaderos y agricultores, dijeron, «valoran, por encima de otras consideraciones, la proximidad de la Unidades de Desarrollo y Veterinarias a sus explotaciones. Por esta razón, nos oponemos al cierre de cualquier unidad veterinaria y agrícola zamorana».

En cuanto a la posible alternativa de la gestión, vía telemática» la oposición fue total. «No se dispone de internet de banda ancha y los ganaderos y agricultores que, por lo general, superan los 55 años de edad no estamos cualificados para las nuevas tecnologías de la comunicación e información» expresó un alcalde y ganadero».