Tan solo siete pueblos de la comarca del Vino consiguen incrementar el padrón de sus habitantes, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística a 1 de enero de 2012. Y son precisamente los pueblos metropolitanos, es decir, aquellos más cercanos a la capital, como son Morales del Vino, Entrala, Casaseca de las Chanas, El Perdigón con sus anejos San Marcial y Tardobispo, Arcenillas, Villaralbo y Moraleja del Vino.

Morales del Vino destaca de manera muy positiva frente a los datos negativos no solamente de la zona sino también de la provincia pues es el segundo municipio, tras Benavente, que gana población, 1.025 habitantes en diez años, pasando el padrón a contabilizar 2.858 moralinos. Estos datos tan positivos vienen marcados por la creciente expansión urbanística que se ha vivido durante esta última década en el pueblo, la cercanía de la capital, los servicios que ofrece el pueblo, así como las comunicaciones, pues a pesar de que ya algunos autobuses de la línea Zamora-Salamanca no pasan por la localidad si se mantienen once servicios que a diario paran en la localidad de Morales.

Moraleja del Vino y Villaralbo continúan al alza, ganando respectivamente 372 y 278 habitantes. Otro de los pueblos que tiene motivos para sentirse optimista es Arcenillas, que incrementa el padrón en 106 habitantes, al igual que lo hace El Perdigón, con 80, Casaseca de las Chanas con 61 y Entrala con 13 nuevos vecinos en la última década.

En el otro extremo de la balanza, Sanzoles es el pueblo que mayor sangría poblacional padece ya que pierde 108 habitantes en esta última década, dos más que su vecino Peleagonzalo. De los veintiséis pueblos que conforman la mancomunidad Tierra del Vino, además de estas dos localidades, sigue descendiendo el padrón en Cubo del Vino, Villalazán, Santa Clara de Avedillo, Peleas de Abajo, Venialbo, Fuentespreadas, Jambrina, El Piñero, Cabañas de Sayago, Villanueva de Campeán, Mayalde, Cuelgamures, Casaseca de Campeán, Gema, Corrales, Cazurra y Madridanos, uno de los pueblos, donde se ha impulsado de manera notable la construcción de viviendas de protección oficial que a vista de los resultados no han conseguido fijar población, pues el padrón de habitantes apunta 508 vecinos con una merma de 41 respecto al año 2002 cuando Madridanos registraba 550 ciudadanos.