La historia del acondicionamiento y refuerzo de la conexión transfronteriza ZA-V-2425 se iniciaba el 24 de octubre de 2002 cuando la presidenta de la Diputación de Zamora aprobada el proyecto con un presupuesto de 1.979.650,83 euros. El Estudio de Impacto Ambiental no se aprobó hasta el 22 de julio de 2005.

La primera fase en suelo español, de 2.298 metros, desde el punto kilométrico 10+250 (casco urbano de Villarino) al 12+548 (Marra fronteriza 449 de España y Portugal), llevó consigo la expropiación forzosa de 5.624 metros cuadrados pertenecientes a 30 vecinos, en los pagos de «La Huerta», «Urrieta Jorge», «Salgueiro» y «Piduerne».

La nueva carretera, finalizada en 2007, fue contratada a la empresa «Teconsa» que ofertó 595.025 euros sobre un presupuesto de 613.807 , financiando Bruselas el 70% y la Institución provincial el restante 30%, dentro del Interreg III-A: «Para contribuir a la mejora de la accesibilidad en las zonas fronterizas Unión Europea».

Se trata de una calzada de 6,50 metros de ancha, de ellos 5,50 asfaltados (dos carriles de 2,75 cada uno) y 1 de zahorra compactada (dos arcenes de 50 centímetros). Se reconstruyeron las paredes de piedra de las cortinas y junto a ellas se habilitó un nuevo camino de servidumbre con accesos de 6 metros.

La tercera y última fase fue realizada este pasado verano por la empresa «Arcebansa» con una inversión que rondó los 715.000 euros para echar una nueva capa de rodadura de aglomerado en caliente de 5 centímetros. Alistanos y trasmontanos coincidían en dar por bien invertidos los 1,6 millones de euros en el total de 14 kilómetros.