La raza autóctona «zamorana-leonesa», tras años de supervivencia en peligro de extinción y camino hacia la recuperación, se enfrenta ahora a la crisis y el alto coste del pienso. El abandono de muchos mayores, el desempleo y el estancamiento del mercado a la baja se presentan como un duro revés y causa de cierre de explotaciones familiares. Los propios criadores reconocían ayer en San Vitero que si bien, el censo de burras adultas se mantiene, en 2012 no se alcanzará el numero de nacimientos, 135 el pasado año.