La comarca de Aliste, Tábara y Alba, una de las mayores productoras de castañas junto a Sanabria y La Carballeda, abre la campaña de recogida de 2012 con unas grandes expectativas y una producción estable de alta calidad que no esperaban ni los propios castañicultores ante la grave y prolongada sequía. De hecho, las creencias y los estudios, afirman que de la lluvia caída en agosto, depende el buen o mal desarrollo de la castaña y este año no cayo ni una gota.

Los productores defienden que «la naturaleza es sabia, nos lo ha demostrado este año, ante la falta e agua» y especifican: «el castaño da un pellizo donde por norma se crían tres castañas en un año. Este año solamente se ha criado una pero incluso es más grande».

Los primeros días de campaña está fijando unos precios de 1 euro y 80 céntimos por kilo que los castañicultores califican de «excelentes» por lo cual las familias dan por hecho que está bonanza suele mantenerse sólo hasta los Santos. A partir del 1 de noviembre, en parte por culpa de que la producción está en pleno auge, bajarán hasta situarse en el euro o incluso por debajo. Por eso se ahora se está en plena faena: «hay que aprovechar».

Los precios se están animando en parte por la presencia de comerciantes portugueses y también de pequeños establecimientos zamoranos que prefieren ofrecer en sus tiendas castañas de la tierra: «Serán un poquito más caras, pero aquí sabemos lo que vendemos, son mejores, exquisitas y de calidad».

Los productores reconocen que los compradores, familias particulares, se frenan muchas veces en la compra de cantidades altas por miedo a que se «avellanen» (sequen) y tengan que tirarlas. Ellos mismos están proponiendo a los consumidores soluciones. Hay que partir de que las calefacciones, temperaturas altas, son veneno puro para la castaña. La temperatura ideal son los 2 grados centígrados. Por ello los castañicultores aconsejan guardarlas en el frigorífico e ir sacándolas según se consumen.

Mientras que antiguamente el destino de las castañas era el autoconsumo humano y la alimentación animal, -este prácticamente ya no existe-, y la comercialización internacional es la vía alternativa.

La transformación de la castaña alistana cuenta con ocho alternativas unas propias de España y Portugal y otras de Francia y Brasil a donde llegan: al natural en botes con jugo, secas, congeladas en bolsas y al vacío; a ello hay que añadir la confitería tradicional y el marrón glasé, en almíbar, en alcohol y licores de castañas y finalmente en harina y derivados.

La producción de castañas se extiende a todo Aliste no obstante destacan en plantaciones antiguas de Tola y Villarino Tras la Sierra (origen de la «Villarina»), unos de los pueblos históricamente con más castaños y Sejas y Trabazos donde se han incrementado las plantaciones gracias a la concentración parcelaria. Alcañices, San Juan del Rebollar, Sarracín, Cabañas y Alcorcillo son otros pueblos con buenos castañares y castañas.