Granja de Moreruela es uno de las localidades de la provincia que todavía carece de conexión a Internet en plena era de las nuevas tecnologías. La dificultad que ofrece su orografía, al estar situado en una hondonada, provoca el aislamiento cibernético de esta localidad, ya que ninguna operadora del mercado está dispuesta a asumir la inversión que requiere dotar de conexión a esta población.

Una situación que resulta «vergonzosa y discriminatoria», según denuncia su alcalde, Juan Carro Santos. Recrimina que «ninguna compañía nos facilite soluciones», aunque a su juicio, «Telefónica cuenta con la infraestructura necesaria para realizar la instalación».

La conexión a Internet sólo llega a los puntos más elevados de esta población, pero la falta de cableado y la dificultad del terreno impide extender la cobertura al resto de la localidad. El único edificio que dispone de conexión es el ayuntamiento, que ha tenido que desembolsar un importe cercano a 2.000 euros para conseguir captar la señal desde una de las zonas más altas de la localidad. Aún así, Juan Carro matiza que «sólo contamos con una conexión de dos megas».

La carencia de Internet no sólo frena las posibilidades de comunicación y el acceso a la información de los vecinos de Granja, sino que frena las oportunidades de desarrollo y el asentamiento de empresas. «Cualquier negocio necesita Internet como una herramienta básica para mantener su actividad y está claro que si no lo tienen se van a ir a otro sitio», reprocha el alcalde del pueblo. Algo que, según asegura, ya estuvo a punto de ocurrir en el caso de la unión temporal de empresas, formada por Acciona y Ferrovial, encargadas de la construcción de la autovía entre Zamora y Benavente. La instalación de sus oficinas para ejecutar las obras requería conexión a Internet y su carencia en Granja les hizo plantearse su ubicación en otra localidad, algo que finalmente no ha ocurrido al conseguir Internet mediante un acuerdo con una de las operadoras. Una opción a la que no tienen acceso los vecinos de esta localidad por el elevado coste de instalación que tendrían que abonar particulares. Según Carro, alrededor de medio centenar de habitantes de esta localidad demandan este servicio «porque cualquier hogar con ordenador necesita internet». A mayores, esta población cuenta con un pequeño polígono empresarial «inutilizado porque la falta de conexión impide la instalación de emprendedores».

Por ello, insta a las administraciones a facilitar una solución teniendo en cuenta que la fecha límite para extender Internet al medio rural finalizó en diciembre de 2011. Sin embargo, mientras que en las ciudades de más de 100.000 habitantes y capitales de provincia españolas el 64,2% de las viviendas con equipamiento de ordenador cuentan con acceso a Internet, en el caso de las poblaciones con menos de 10.000 habitantes, este porcentaje desciende al 47,3%, de acuerdo con la última Encuesta Sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de la Información. Una diferencia que refleja que todavía sigue existiendo la llamada brecha digital entre el medio urbano y el rural.