Una inusual capa de espuma blanca se ha apoderado de una zona de la ribera del embalse de Almendra llamando la atención de los visitantes que, sobre todo los fines de semana, frecuentan ese paraje de la comarca de Sayago. El fenómeno no ha pasado desapercibido y ha dado lugar a todo tipo de comentarios, especialmente relacionados con una posible contaminación de las aguas. Sin embargo no se han detectado animales muertos, lo que despeja muchos temores en torno a un origen tóxico de estos espumarajos.

Ni Iberdrola, que explota uno de los mayores embalses de la Península Ibérica, ni la Mancomunidad Sayagua, que capta las aguas de Almendra para abastecer a la comarca, tenían ayer conocimiento de este hecho. Desde la empresa hidroeléctrica se aseguraba que la presencia de esta espuma «nada tiene que ver con las actividades de la presa porque en estos momentos no se está realizando ningún trabajo».

La Mancomunidad realiza exámenes periódicos en la estación que depura las aguas del embalse para el consumo de los pueblos de la comarca «y todo está en orden», apuntaba a este diario el presidente de la agrupación de ayuntamientos, Carlos Vega.

La explicación más fiable relaciona la aparición de esta espuma con las altas temperaturas y una bajada del nivel del agua que favorece la floración de microorganismos, «aprovechando las buenas condiciones ambientales para reproducirse de forma explosiva». Así lo explica el biólogo Juan Antonio Casado tras observar las fotografías facilitadas por este diario. «La espuma en general se provoca porque se produce una tensión superficial del agua. Si se junta cierta contaminación, porque no es agua pura, con el viento que azota contra la orilla se forma esa capa».

Un hecho determinante es que la espuma blanca que bordea buena parte de la ribera de la presa, en la comarca de Sayago, no esté asociado con la aparición de animales muertos, en cuyo caso «hay que descartar contaminación». No obstante el biólogo opina que un análisis del agua y de la propia espuma «aclararía qué microorganismo ha generado este fenómeno», que no es raro con unas temperaturas de 25 grados y una sequía muy prolongada.

Un hecho, con apariencia similar, se ha producido en el embalse gallego de As Conchas, aunque en este caso se ha relacionado con una posible interacción del fuerte viento que azotó la zona con el agua. Además existía gran cantidad de materia orgánica procedente de la actividad agroganadera de la comarca. Algo que no ocurre en las aguas del embalse de Almendra. «Todo parece responder a un ciclo normal del agua, aunque para despejar dudas habría que realizar un análisis y para decir si son cianobacterias habría que hacer un cultivo», incide Juan Antonio Casado.