José Luis Tomillo (conocido por todo el mundo por Josechu), vecino de Zamora, navegó durante 17 años las aguas del Duero en una barca que tenía atracada en el embarcadero de Olivares, cerca de las famosas aceñas. Después de haber estado dos años sin usarla, descubrió que parte de la madera se encontraba en mal estado para navegar, por lo que decidió reparar y acondicionar su bote para donarlo al pueblo de Monfarracinos, como un regalo a los niños de la localidad.

El arreglo de la barca consistió en la decoración con diversos motivos infantiles, así como la reparación de las tablas podridas para lucir varada en el jardín de la plaza del Generalísimo de Monfarracinos. «Ha sido todo un éxito, todos los niños pequeños del pueblo se han acercado a jugar en la barca, mientras sus padres y abuelos les veían disfrutar y les sacaban fotos», explica José Luis Tomillo. Frente a la barca, se encuentran anclados dos remos, en cuyas palas lucen el escudo de la localidad y el lema «Bienvenidos a Monforraniños», un juego de palabras que señala la finalidad de la barca.

Debido al éxito de su idea, Josechu se plantea organizar un juego en torno a su barca. Pretende convocar un «concurso de pesca para niños» en el que, con dos falsas cañas de medio metro, tendrían que «pescar» peces de cartulina repartidos por el césped, rellenos de chucherías.