El vecindario de la localidad alistana de Puercas vivió ayer una tarde de enorme preocupación por temor a que las llamas del incendio declarado hacia las 16.00 horas en el término de Ferreruela de Tábara -en las inmediaciones de la Sierra de la Culebra- alcanzara las naves e incluso el pueblo debido al fuerte viento reinante. Todos los habitantes salieron hacia el lugar del siniestro para intentar hacer frente al fuego y evitar su avance hacia el casco urbano mientras un gran despliegue de medios terrestres, aéreos y humanos llegaban a la zona para intentar atajar el enorme frente que avanzaba favorecido por el viento.

Por otra parte, ayer por la tarde se encontraba también activo otro incendio declarado sobre las 18.50 horas en Castillo de Alba, por causas sin determinar y cuya superficie está en perimetración. En su extinción trabajaron un helicóptero de la base de Villardeciervos, un avión de carga en tierra de Rosinos, dos autobombas, dos agentes medioambientales, una brigada helitransportada, un bulldozer y una cuadrilla de tierra. La Junta de Castilla y León declaró el siniestro de Nivel 2 y al cierre de esta edición el fuego se acercaba a la localidad de Videmala y se habían tomado todas las precauciones por si fuera necesario evacuar a la población.

El vecino de Puercas José María Vega salió junto a otros para parapetarse ante la nave de un familiar, Ángel Antón, con el objetivo de salvar la explotación de ovino, algo que consiguieron.

No ocurrió lo mismo con un colmenar de Andrés Álvarez, que fue pasto de las llamas al encontrarse emplazado en un escenario arrasado por el incendio. Las llamas, que cruzaron la carretera de Puercas a Losacio, calcinaron a su paso todo un valle y la vegetación de los pagos de La Majada, El Sobaco, El Cogullón, Las Cervicas, el Cotorro la Piedra, Peña Mielga y otros parajes. El incendio abrasó pino, monte bajo y algunos castaños.

A falta de una perimetración oficial ayer bailaban las cifras sobre el alcance del fuego, declarado por la Junta de Castilla y León de nivel 1 de riesgo, el más importante que ha ocurrido en esa zona a lo largo de este verano. En general se hablaba de cientos de hectáreas. «Por lo menos cien», apuntaba Andrés Álvarez, alcalde pedáneo de Puercas, quien lamentó lo ocurrido. «Hasta ahora habíamos tenido suerte pero ha sido muy gordo. Empezó en la raya de Ferreruela, ha cruzado Puercas y ha tirado hacia Domez y Vegalatrave». Álvarez apuntó que aunque ha estado cerca del pueblo, sobre todo de una nave y el cementerio, finalmente el gran despliegue de medios impidió que se vieran afectadas propiedades o explotaciones. El siniestro de origen, por el momento, desconocido se declaró a las cuatro de la tarde de ayer en Ferreruela de Tábara (perteneciente al Ayuntamiento de Faramontanos) obligando a movilizar un amplio dispositivo de medios humanos aéreos y terrestres.

Hasta el lugar del incendio acudieron dos técnicos, cinco agentes medioambientales, el avión Hotel, las cuadrillas helitransportadas de Villardeciervos, Villaralbo y Rosinos de la Requejada, un avión de Matacán (Salamanca), dos aviones de carga en tierra de la base de Rosinos, dos ELIF (Equipos de Lucha contraincendios Forestales), tres bulldozer, tres autombomas y tres cuadrillas de tierra. Además acudieron dotaciones de la Guardia Civil.

La alcaldesa del municipio de Gallegos del Río, Consuelo Gabella, que también acudió al lugar del siniestro y que puso a disposición los medios contraincendios disponibles en el Ayuntamiento, afirmó estar un poco asustada por el temor a que el fuerte viento que soplaba dificultara el control del incendio que avanzaba hacia algunas construcciones de Puercas. Con la entrada de la noche se fueron retirando los medios aéreos aunque permaneció un importante número de medios terrestres en un intento de sofocar las llamas.