La complicada situación económica, con las administraciones ahogadas financieramente por el impacto de la crisis, tendrán también sus repercusiones en el transporte a la demanda. Y aunque no hasta el punto de desaparecer, el servicio sí que se va «ajustar y priorizar para readaptar la oferta a unos parámetros básicos».

Así lo admitió ayer el delegado de la Junta en Zamora, Alberto Castro, en un intento de tranquilizar la inquietud generada entre bastantes alcaldes, temerosos del recorte del transporte a la demanda, un servicio diseñado para el desplazamiento a los centros de salud de personas sin posibilidades de coger un coche, especialmente los mayores.

Tras reconocer la labor social de esta iniciativa, el delegado territorial aseguró que cada vez hay menos usuarios, los costes se han disparado y el gasóleo se ha multiplicado por cuatro». Ante tal panorama «no queda otro remedio que hacer ajustes porque no es sostenible un transporte que no se usa y cuesta dinero. Hay muchos autobuses, por no decir la mayoría, que van prácticamente vacíos». Por ello, la Junta se ha puesto en comunicación con las empresas a las que se tiene adjudicado el desplazamiento de los vecinos «para readaptar la oferta y hacer una utilización del servicio lógica y racional». Aseguró en este sentido que «la mayor parte del transporte «viene vacío y eso no lo paga la Junta sino todos los ciudadanos con sus impuestos».

Alberto Castro pidió a los ayuntamientos que hagan propuestas para aquellas rutas que no funcionan. «Estamos abiertos a la negociación; si por ejemplo cambian el día de la analítica en el centro de salud, eso se puede reconsiderar hablando con la empresa».

Ya hay alcaldes que anuncian protestas por la bajada de la calidad en el transporte a la demanda como el de Cazurra que ha anunciado una cacerolada a las puertas de la Delegación de la Junta.