Un ataque de lobos ha causado la muerte de dieciocho ovejas y ha dejado malheridas a otras veinte, que probablemente morirán en pocos días debido a infecciones en las mordeduras. El ataque tuvo lugar en una explotación del término municipal de Palacios del Pan.
El ganadero, Saturnino Fernández Refollo, recibió un aviso a primera hora de la mañana de un vecino que divisó una bandada de buitres sobre sus tierras. El afectado encontró a más de doscientas aves carroñeras sobre los cadáveres de sus ovejas, y a los cuatro mastines que protegían la finca agotados después de haber pasado la noche evitando el ataque.
Los miembros del Seprona, que se personaron en el lugar de los hechos después de recibir un aviso de Saturnino, creen que se trata de un grupo de lobos que ha sido divisado por habitantes de la zona en los alrededores del monte Palomares, entre Montamarta y Andavías. La manada estaría compuesta por siete ejemplares, entre los que se incluirían algunas crías, según varios vecinos de la localidad.
El ganadero espera recibir una compensación del seguro obligatorio para reparar las pérdidas económicas. Su cabaña estaba compuesta por 350 ovejas, y tras el ataque se verá reducida a poco más de trescientas. Además, «se tarda mucho tiempo en cobrar cualquier tipo de indemnización porque las aseguradoras suelen poner trabas y muchos trámites administrativos», se queja el afectado.
Por otra parte, se muestra sorprendido y consternado de la presencia de lobos en las inmediaciones de su pueblo. «Los viejos del lugar dicen que nunca ha habido lobos ni en Palacios ni en Montamarta», afirma Saturnino Fernández. El ganadero considera que «las autoridades deberían de controlar las poblaciones de lobos para impedir salgan de su hábitat natural, la montaña», ya que «antes solo estaban en la Sierra de la Culebra y el resto de Sanabria y ahora viven en toda la provincia, incluso a pocos kilómetros de la capital». En este sentido, cree que «en muchas ocasiones los políticos dan prioridad a los animales sobre la gente del campo».
