El pueblo de Formariz ha dicho basta y quiere desterrar la espadaña de ladrillo que afea la iglesia parroquial de Santa Colomba. Un material que es considerado un ultraje en una localidad que tiene a la piedra como referente y que es una mina de granito en todo el subsuelo, además, un granito que aparece estratificado en lanchas que facilitan el manejo haciéndolo un recurso apreciado por las constructoras.

«Hasta el personal de Medio Ambiente nos ha dicho que es una vergüenza» expresa una vecina al referirse a la espadaña, que desentona por completo con el resto del templo y con todo el urbanismo del pueblo sayagués.

Los vecinos de Formariz han aportado una cantidad «que no llega para cubrir el presupuesto -unos cien euros por vecino- pero que servirá si las instituciones echan una mano» afirma la presidenta de la Asociación Cultural «Santa Colomba», Ana Benéitez. El Obispado también está dispuesto a colaborar y, según fuentes vecinales, «correrá con los gastos del arquitecto».

El presupuesto de la actuación asciende a unos 141.000 euros, y existe la convicción de que la restauración de la espadaña será posible con la aportación de otras instituciones.

La iglesia de Santa Colomba es un templo de pequeñas dimensiones, a pesar de las sucesivas ampliaciones practicadas a lo largo de su historia. Pero es que partió de una simple ermita por ser Formariz, en principio, un mayorazgo, que fue pasando de mano en mano hasta la compra de la dehesa por el pueblo en diciembre de 1915.

«Era una ermita con una torre tan pequeña que no tenía más que una sola campana. La hicieron nueva, pero con ladrillo, y en Formariz estamos en tierra de piedra y... como que no pega» expresa Ana Benéitez Benéitez, presidenta del colectivo.

En realidad desentona con el entorno urbanístico, donde la piedra es el material utilizado para la construcción de las viviendas. El mismo cuerpo de la iglesia de Santa Colomba es de sillería de granito, cuya armonía rompe a simple vista la mencionada torre.

La actuación tiene previsto ir un poco más allá y completarse con el adecentamiento de una dependencia interior, que, al decir de fuentes vecinales, fue hecha en la zona que debió ser entrada principal, a juzgar por los rasgos de una puerta cuyos dinteles aparecen hoy día encalados. El concejal popular y alcalde del pueblo, Teófilo Moralejo, es uno de los impulsores de la actuación de la renovación del edificio parroquial.

La población de Formariz mantiene el interior del templo con un aspecto cuidado y bien atendido. Sin embargo, los vecinos no pueden menos que recordar ciertos desmanes, como la retirada de un suelo que contaba con losas de viejos enterramientos, y la desaparición de prácticamente todas las imágenes, que han sido sustituidas por otras desprovistas de historia, entre ellas la propia imagen de la patrona del pueblo: Santa Colomba. «Era una imagen pequeñita, de roble y con pelo natural, y estaba guardada en un cuarto» expresa una vecina. También desapareció la Virgen del Rosario, «que vestía ropas muy bonitas», y lo mismo sucedió con la Virgen de la Presentación, «que era una imagen muy grande, hecha con un tronco de roble y que tenía consigo un niño con una mano extendida y portando la bola del mundo». Afirman en Formariz que la Virgen de Santa Colomba, al parecer, «procedía de la dehesa de Salcedillo».

Existe en estos momentos la incertidumbre sobre si mantener el pequeño cementerio anexo a la iglesia o suprimirlo, puesto que cuentan con un nuevo camposanto.

El deseo de los habitantes es que el cambio de la espadaña se ejecute este mismo año, por ser un año especial debido a que hace un siglo que el pueblo fue comprado por los colonos que habitaban la dehesa. De momento, el gran nido de la cigüeña ha sido retirado, y los vecinos han habilitado un nuevo hogar al ave, en la copa de un árbol y en las proximidades.