Una unidad canina de la Guardia Civil altamente especializada ha hallado muertos 13 milanos reales y un zorro por la acción de los cebos envenenados en cotos ubicados en las comarcas de Los Valles y Tierra del Vino.

La localización de los animales forma parte de una operación especial que se ha llevado a cabo en varios cotos de caza de la provincia tras observarse cómo periódicamente durante los meses de marzo y abril de cada año se viene observando la aparición de fauna muerta afectada por sustancias tóxicas que aplicadas en cebos (carnes o alimentos) y posteriormente vertidos en puntos estratégicos de zonas rurales, son ingeridos por distintas especies, principalmente carroñeras.

Ante el incremento de casos de animales envenenados, en fechas recientes se desplazaron a Zamora agentes de la unidad canina especializada, que tiene su sede en la localidad madrileña de El Pardo, con los perros Yony e Iza para inspeccionar los lugares de posible utilización de los cebos ilegales.

El resultado de las inspecciones ha sido la localización, hasta la fecha, de 13 milanos reales (Milvus milvus) y un zorro (Vulpes vulpes) muertos por la ingestión de sustancias tóxicas.

Esta práctica, según la Guardia Civil, es consecuencia de la realización de un control «ilegal» de las especies, que afecta especialmente a rapaces como el milano y el ratonero, así como a mamíferos predadores como el lobo o el zorro.

La provincia no es ajena a este problema y, de hecho, se detectan casos similares en esta época, aprovechando los periodos de reproducción de especies de caza menor y afecta de tal forma a la cadena alimenticia que acaba repercutiendo incluso en grandes predadores y causando un grave daño a los hábitat en los que son hallados los cebos.

Para combatir estas prácticas en todo el territorio nacional, la Guardia Civil creó en el año 2007 una unidad canina altamente especializada y dedicada exclusivamente a la búsqueda y detección de cebos envenenados.

Los perros que componen esta unidad, perteneciente al Servicio Cinológico, están entrenados para detectar los distintos tipos de sustancias tóxicas que son utilizadas para aplicar carnes y otros alimentos, convirtiéndolos en «cebos envenenados».

La utilización de cebos envenenados para el control ilegal de especies está recogido como delito en el Código Penal (Delito contra la Flora y la Fauna), estableciéndose penas que pueden llegar a dos años de prisión e inhabilitación especial para el ejercicio de la caza durante hasta tres años.

También está tipificado como infracción muy grave en la Ley de Caza de Castilla y León, estableciendo sanciones económicas que pueden llegar hasta los 60.000 euros e inhabilitación para el desarrollo de actividades cinegéticas hasta 5 años.

Las actuaciones de la Guardia Civil han sido remitidas al Juzgado de Instrucción competente por demarcación territorial, en caso de delito; y a la Junta de Castilla y León, administración pública competente en materia medioambiental, en caso de infracción administrativa.