Pocos son los pueblos que se resisten a perder la tradición de la puesta del Mayo, aunque no queden ya quintos de los que echar mano para levantar el tronco. Así ha ocurrido en Cuelgamures, donde los vecinos se han puesto manos a la obra para la tarea, mientras que el Ayuntamiento se encargó de pagar la merienda. Precisamente el 1 de mayo, aprovechando que había más gente de lo habitual en el pueblo, los propios vecinos se unieron para limpiar las calles. Las malas hierbas se adueñan de las calles del pueblo, al estar normalmente poco transitadas, y también se necesitaba un repaso para quitar la tierra» explicaba Pilar Rodríguez. Así durante el fin de semana en Cuelgamures lo han dedicado los vecinos, a intentar que no se pierdan las costumbres y tradiciones rurales y tener un poco más adecentado el pueblo.