La iglesia parroquial de Cernadilla afronta estas semanas una nueva mejora en su interior, con la sustitución del antiguo suelo de madera por una tarima nueva de jatoba, una madera tropical de color rojizo y de gran dureza. Los trabajos comenzaron el Lunes de Pascua, con la retirada del antiguo solado. Raimundo González González, de Robledo, es el artesano encargado de hacer el cambio. Prácticamente se retiraron del templo todas las tablas excepto los machones de roble y castaño con un centenar de años bajo el suelo de la nave, maderas nobles, sobre todo el castaño, que se emplearon antaño por ser las maderas propias de la zona.

El artesano reconoce que retirar el antiguo piso sí dio mucho trabajo y le ha forzado a sacar su mejor faceta de trabajo, la artesanía. Prácticamente todo el suelo se ha colocado a mano y se ha clavado punta a punta, cuando lo habitual es emplear un pistola que agiliza el trabajo. El aprovechar la estructura anterior supone nivelar de nuevo los machones sobre los que se aposenta la tabla nueva, ya que al forzar para sacar la madera vieja pierde algo de su estabilidad. Raimundo González es la única persona que se encarga del trabajo, aunque también su mujer ha echado una mano, sobre todo en las fases iniciales de desmontado de la madera de pino.

Una de las sorpresas que guardaba la nave central era la disposición de las tumbas y los enterramientos a modo de sótano, repartidos por la zona central, que llamó la atención del artesano. Después de un pequeño reconocimiento de cómo estaban dispuestos los enterramientos quedan tapados de nuevo bajo el nuevo suelo.

La jatoba, que procede de las Américas tropicales, es una madera de gran dureza y resistencia, cualidades a las que hay que sumar un peso considerable por cada tablón. Un peso que también se cotiza al alza al ser una madera relativamente cara por su durabilidad. En estos últimos días se desarrolla la última fase de pulido de las tablas y los remates para casar el suelo de madera con las lajas de piedra en los espacios laterales. Las obras principales están prácticamente finalizadas.

Las intervenciones en la iglesia de Cernadilla se han sucedió en los últimos 20 años inicialmente con la sustitución de la cubierta, una actuación posterior en el acondicionamiento exterior, el arreglo del retablo principal y la adecuación de la plaza, dentro del conjunto de uno de los pueblos más singulares de la comarca, ya que ha mantenido en buena parte de sus construcciones civiles los rasgos de la arquitectura popular. El campanario con un remate octogonal sobresale como característica singular, al igual que una de las fachadas de la iglesia que conserva vestigios de la decoración de principios de siglo en esgrafiado.