Los arqueólogos de la asociación ZamoraProtohistórica con sus excavaciones son desde hace cinco años la imagen habitual en el castro de El Castillón de Santa Eulalia de Tábara. Sin embargo, esta estampa puede no volver a verse si antes del mes de agosto no encuentran un lugar donde alojarse y poder guardar las piezas halladas durante los trabajos.

«Hasta ahora nos alojábamos en las antiguas escuelas de la localidad pero ahora las van a convertir en el tanatorio, con lo cual nos quedamos sin ningún lugar donde poder dormir, comer y asearnos. Esto, unido a la falta de recursos hará que no podamos seguir con las excavaciones en el recinto, ya que no podemos pagar para quedarnos en un lugar», explica Oscar Rodríguez, director de la excavación junto a José Carlos Sastre.

El arqueólogo asegura que «nuestras necesidades son básicas, simplemente alojamiento para 15 personas durante un mes y medio desde el 1 de agosto hasta el 15 de septiembre. Bastaría con un edifico que tenga, al menos dos habitaciones grandes, dos baños y un lugar acondicionado como cocina, se trata de edificios del tipo de viejas escuelas o polideportivos o escuelas que en verano no se usen, gimnasios... las camas nos las presta el ejército y las montamos nosotros así que solo con el espacio sería suficiente».

Los lugares donde podrían alojarse tendrían que estar ubicados en Granja de Moreruela, Tábara, el valle del Esla o Benavente «más lejos se tardaría en llegar y tampoco compensaría», continua.

El grupo de personas que cada año participan en las excavaciones de El Castillón está formado por un cuerpo fijo de arqueólogos y el presto por estudiantes de historia y arqueología de España y del extranjero, que suelen conformar el 45% de la agrupación. Las universidades de Salamanca y la Complutense y la autónoma de Madrid son las que más alumnos aportan y que se unen a los que vienen de Portugal, Polonia, Italia y Reino Unido.

Por otro lado, el arqueólogo comenta que «nosotros podemos colaborar con el lugar que nos acoja, o que nos de alojamiento con charlas sobre arqueología gratuitas en sesiones que sean compatibles con el trabajo arqueológico y de temática variada y con talleres de arqueología para los niños también gratuitos». Su estancia en el lugar deja siempre una aceptable cantidad de dinero, que ronda los 10.000 euros en la provincia de Zamora entre desplazamientos, visitas y gastos diarios para el mantenimiento de la excavación, así como el gasto de cada uno de los 45 voluntarios que por tres turnos van incorporándose a los grupos. «Hasta ahora, el 75% de esta cantidad se quedaba en las localidades de Tábara y Santa Eulalia de Tábara, el resto se repartía entre Zamora, Puebla de Sanabria, Moreruela, Faramontanos y otras localidades cercanas». Estos cinco años han permitido una excavación completa de la muralla y hacer una datación arqueológica exacta, entre los siglos IV y VI, así como el hallazgo de zona habitacional y donde se venía trabajando desde el año 2007, y que ha permitido conocer tres nuevas habitaciones, una de ellas de gran tamaño y con un suelo enlosado, que según los arqueólogos se trataría de un almacén. Rodríguez asegura que «hemos sacado más de un millar de fragmentos de cerámica de uso cotidiano y lo más llamativo de todo fueron las dos tinajas de almacenamiento».

El último año se ha llevado a cabo la excavación total del almacén con una superficie de 20x25 metros cuadrados, con varias estancias y un patio abierto. «La importancia de los hallazgos radican en la falta de información que tenemos de la época visigoda». Además, se ha realizado un levantamiento topográfico que ha permitido configurar «un panorama exacto del poblamiento y ver que no hay una de muralla, sino dos líneas defensivas, lo cual demuestra que las murallas son más complejas de lo esperado».

A parte de la muralla se han podido localizar hasta 30 estructuras de diferente tamaño y forma, lo que abre nuevas posibilidades de trabajo en el castro de El Castillón y que no podrán salir adelante «si no encontramos un lugar donde alojarnos y si no recibimos una subvención más fuerte de la que tenemos con Caja Rural», prosigue Oscar Rodríguez. Las piezas y fragmentos hallados durante los trabajos suelen ser materiales de vidrio y cerámica, partes orgánicas y sedimientos que se custodian en un almacén. Actualmente, de todos los hallazgos, tan solo hay expuestas dos vasijas de «terra sigillata» y un osculatorio (removedor de perfumes) en las vitrinas del Museo Provincial de Zamora.