El Santo Entierro de Bercianos representa «el mayor evento e hito semanasantero del mundo rural internacional, un hecho y una tradición impresionante que puede y debe de ser declarado Bien de Interés Cultural Internacional como Patrimonio Inmaterial. La hondura de la esencia humana se palpa en el ambiente, una hondura que a nadie deja indiferente, que interpela, evoca, abre sentimientos dormidos y enterrados en lo más profundo de la conciencia a los creyentes y a los que no lo son. A los practicantes, a los actores y espectadores. Porque tiene un lenguaje universal y transcultural, porque no sabe de fronteras, porque es un hito en las celebraciones del mundo rural internacional».

Esta fue la profunda petición hecha ayer por José Luis Alonso Ponga, profesor titular de Prehistoria, Arqueología, Antropología Social y Ciencias Técnicas Historiográficas de la Facultad de Filosofía de Historia de la Universidad de Valladolid, en el primer pregón de la Semana Santa de Bercianos tras ser declarada su Pasión como Fiesta de Interés Turístico Regional de Castilla y León, tras se presentado por el Diputado de Cultura José Luis Bermúdez Lorenzo como «un enamorado y defensor del folclore y de las tradiciones, incluidas las de nuestra comarca alistana».

El prestigioso antropólogo llegó al alma y al corazón de los cofrades y de los alistanos al asegurar que «la nuestra es una Semana Santa rotunda, acabada, elaborada a lo largo de los siglos por las gentes de Bercianos. Como en toda obra maestra el todo es muy superior a la suma de las partes. En este caso es una amalgama de elementos religiosos culturales, sociales y estéticos que conforman la idiosincrasia de un pueblo. No, no se trata de un conjunto de actos fosilizados, ni de representaciones arcaicas que han sobrevivido a las modas y que traspasando el tiempo, han llegado hasta nosotros intactos».

Así, aseguró durante su proclama que «es algo más, es un conjunto de vivencias radicalmente humanas que se explicitan, que se ponen en común coincidiendo con el Plenilunio de primavera. La concreción de la complejidad de un grupo de personas, cada uno con sus intereses y problemas, pero que forman la colectividad, el núcleo campesino que renueva cada jueves y viernes santo su voluntad de ser ellos mismos, de constituir una comunidad de intereses repleta de matices». Bercianos declamó es «uno de esos rincones que quedan en el mundo para testimoniar la grandeza de las tradiciones, el valor de las vivencias comunitarias». La inmensidad de los rituales cuando se viven desde dentro, desde la tradición secular transmitida de padres a hijos «es uno de esos hitos del humanismo que considera al hombre como el valor radical sobre el que construir la religión, la cultura y la sociedad. Que acrisola unos valores transtemporales de justicia, compasión y caridad dramatizados alrededor del cadáver de Cristo, el hermano mayor de la Cofradía».

Para José Luis Alonso Ponga la localidad de Bercianos «es un pueblo que se agranda y universaliza en los rituales que exaltan una religión que trasciende el tiempo, que traspasa las propias fronteras culturales para adquirir un lenguaje universal».