En la mañana de ayer, con una engañosa temperatura y un viento que molestó a los principiantes que se tenían que poner delante de las vaquillas, se celebró la segunda semifinal del I Bolsín «Tierras de Zamora» en la que diez jóvenes, en grupos de dos, se enfrentaron a cinco eralas, casi utreras, de Cantoblanco. De gran calidad la toreada en quinto lugar; buena la primera; mansas, aunque se dejaron segunda y tercera; y con complicaciones, la cuarta.

Actuaron con el capote para parar las vacas y ponerlas al caballo los novilleros zamoranos Alberto Durán, Antonio Boyano y Jesús Herrero; picó el varilarguero de Tordesillas, Javier Bastida.

En esta ventosa mañana, hemos presenciado algunas actuaciones más que sobresalientes demostrando que, si la suerte les acompaña, pueden hacer carrera en este complicado mundo. El joven Manuel Cuenca, de Hellín (Albacete), ha sido el más destacado de entre los diez actuantes. Sus tres intervenciones fueron jaleadas por el público tan entendido de Villalpando que completaba la mitad del aforo y que siguió con interés y respeto las actuaciones de las jóvenes promesas.

Manuel Cuenca advirtió pronto la cualidad de su oponente por el pitón izquierdo por lo que enseguida se echó la franela a esa mano y, con la mano baja, le enjaretó diversas series con temple y profundidad. Al finalizar sus tres entradas a la vaquilla, hablábamos con su mentor, González Caro, que nos indicaba que tienen previsto debutar después de Semana Santa con caballos en la plaza de su localidad, Hellín. Otro torero que causó buena impresión fue el salmantino Sergio Rodríguez, al que vimos con grandes cualidades y con gusto para interpretar las distintas suertes. Muy bien en su primera actuación, bajó un poco en la segunda y volvió a acoplarse en la tercera, con una vaca que se dejaba y que humilló mucho. En esta misma vaca, el madrileño Amor Rodríguez, de la Fundación El Juli, también demostró sus aptitudes, sobre todo, en su toreo en redondo con la mano derecha.

El joven venezolano César Valencia, que por la tarde actuaría en el Bolsín de Ledesma, presentó también sus credenciales a pesar de que la erala que le tocó en suerte era mansa y sin transmisión. Se le vio placeado y con gusto pero no terminó de romper.

Por último, destacar al joven Fernando Rey, de la Fundación Joselito, con la vaca más complicada del encierro. Le echó valor a pesar de las continuas coladas y de haber pasado momentos de peligro en algunas ocasiones. Tampoco estuvo mal el otro salmantino, Pablo Jiménez. Le pudieron las ganas de agradar y de hacer más cosas que la vaca le permitía.

Después de este fin de semana saldrán los diez finalistas entre los de ayer y los que lo hicieron el sábado por la tarde en Benavente. Será el próximo sábado por la tarde en Toro, y, al igual que ayer, se enfrentarán en grupos de dos a cinco eralas.