La subasta pública anual de permisos de caza mayor en la Reserva Regional de la Sierra de la Culebra (Zamora) logró recaudar un total de 59.700 euros, que supone un 13,85 por ciento menos que el año pasado. Por primera vez en la historia de esta iniciativa, dos de los diez ciervos subastados quedaron desiertos, mientras que los otros ocho fueron adjudicados en el precio de salida, 5.000 euros cada uno. "Es la primera vez que queda algo desierto en la subasta. No había sucedido nunca", indicó en declaraciones a la agencia Ical el responsable de Medio Ambiente de COAG, José Manuel Soto.

Al igual que los ciervos, los cinco corzos subastados se vendieron por el mínimo importe, fijado en 500 euros. Por el contrario, la puja incrementó los precios de los cuatro lobos que salían a subasta hasta los 4.300 euros, el primero; 4.900 euros, el segundo y 4.000 euros tanto el tercero como el cuarto.

La recaudación de este año es "algo menor que la de 2011 pero como se acordó subir el precio de salida de los ciervos, de 4.000 a 5.000 euros, se compensa en parte la pérdida que suponen los dos ciervos desiertos y el hecho de que, en esta ocasión, saliera a subasta un lote menos de esta especie", señaló Soto.

Con respecto a los efectos de la crisis en la subasta de la agrupación de entidades propietarias de terrenos con derechos cinegéticos en la Reserva Regional de Caza de la Sierra de la Culebra, el representante de COAG manifestó a esta agencia que "salió lo que se esperaba porque la crisis ha llegado a todos los sectores y también a éste". De hecho, añadió, "en otras reservas y en otros cotos de caza también ha pasado".

Las cuantías recaudadas en la subasta de la Reserva de la Sierra de la Culebra han descendido notablemente desde la edición de 2010, que sumó un montante global de 121.000 euros. La recaudación lograda en 2011, 69.300 euros, supuso una reducción del 42,73 por ciento con respecto a la puja del año anterior.

Considerando tanto los datos como la situación general, José Manuel Soto volvió a insistir en la conveniencia de "plantearse las cosas de otro modo", a su juicio. "Hay demasiada fauna. Algunos llevamos tiempo diciendo que hay que reducirla, hacer algún descaste, para evitar perjuicios, daños y accidentes en carretera porque, si no, el negocio éste va a menos. Se trata de compensar de ese modo las pérdidas por los daños y los problemas que causa, porque su rentabilidad real es muy escasa", comentó.