Coordinador del proyecto sobre el Turismo de Frontera en la Raya Hispano-Portuguesa

El turismo de frontera como motor de desarrollo. Tal es la base del proyecto financiado por el Plan Nacional i+D+i y el Fondo de Desarrollo Regional, cuyos mentores celebraron ayer una jornada técnica en Zamora.

-¿Qué objetivos persigue este proyecto sobre el turismo de frontera?

-Es un planteamiento absolutamente novedoso desde el punto de vista meteorológico y como segmento turístico. Llevo trabajando más de 30 años en la Raya, en este caso en Extremadura, y hemos cubierto ya todo lo que significa territorio, urbanismo y patrimonio. Y necesariamente esos soportes hay que imbricarlos en el turismo, que es uno de los sectores más transversales. Desconocemos la Raya y sobre todo sus enormes potencialidades, en cuanto a recursos naturales, culturales e histórico-artísticos. Por tanto, después de tantos años y de haber recuperado gran parte de esa memoria histórica es el momento de introducir el turismo, como alternativa en algunos casos y como complemento en otros, en todo ese espacio que está deshumanizado, que tiene graves problemas desde el punto de vista agropecuario y de envejecimiento. Es necesario traducir los recursos a productos y que esos productos poco a poco se conviertan en un complemento para el desarrollo local y comarcal de estas regiones.

-El mundo universitario encuentra en la Raya un espacio de estudio y son muchas las investigaciones en torno a la frontera, pero da existe la sensación de que luego no se traduce en hechos concretos.

-Pues esos 30 años de trabajo son los que han sido necesarios para que la Universidad, la academia y los municipios rayanos estén comprendiendo cuáles son sus potenciales. Porque en esos años se ha producido toda la cooperación transfronteriza de primera generación, desde los primeros protocolos del año 92 hasta el presente. Si se ha hecho o no se ha hecho no es momento de hacer valoraciones, pero ha habido programas Interreg, dineros europeos, mejora de infraestructuras, transportes y comunicaciones. Todo ese dinero, que ha sido ingente, se ha de traducir en algo, sobre todo ahora que estamos en el umbral de la cooperación transfronteriza de segunda generación.

-¿Estamos pues ante el momento de ver hechos concretos?

-Después de esa experiencia de 30 años de trabajo desde otros otros frentes entendemos que la frontera tiene capacidad suficiente para convertirse en un destino. Por eso cuando hablamos de turismo de frontera nadie entiende de qué estamos hablando. No es turismo en la frontera sino turismo de frontera; porque esta Raya, que es la más antigua de todas las rayas europeas, por tanto con señas, con depósitos patrimoniales, con paisajes que realmente desde el punto de vista ambiental son increíbles, con grandes problemas también, obviamente, pero con enormes potenciales, debe y puede convertirse en un destino si somos capaces de aprovechar todos los inmensos recursos. Hablemos del agua, de patrimonio, Románico, vayan sumando el potencial de recursos en cada uno de nuestros sectores rayanos y entender la Raya como un todo. Precisamente éste es un proyecto integral en el cual hay otros cuatro subproyectos. Nosotros lideramos desde Extremadura, pero Galicia, Castilla-León y Andalucía están implicadas porque la Raya hay que entenderla de forma conjunta.

-¿Cómo se estructura el proyecto sobre turismo en la frontera?

-Cada sector luego tendrá sus especificidades, pero la metodología es primero caracterizar territorialmente la Raya, analizar todas sus potenciales y estrangulamientos, definir qué municipios son los que realmente tienen ámbito fronterizo de manera científica, no como se ha hecho hasta ahora, que simplemente Bruselas dijo por aquí y marcó las líneas. Ni todos los municipios son rayanos ni todos pueden demostrar que han tenido esa condición. Ser rayano imprime carácter, arquitectura y vida de frontera, con todos los pros y todos los contras. Ahora mismo es un espacio de 1.237 kilómetros con un potencial enorme para convertirse en destino.

-Habla de potencialidades y estrangulamientos, ¿cómo se definen?

-Hay unos paisajes diferenciados impresionantes y a través del convenio europeo del paisaje la estrategia territorial es lo más integrado. Esos paisajes se han conservado precisamente porque la Raya ha sido espacio de abandono absoluto. Ha estado ajeno a cualquier mecanismo de transformación económica y por eso hoy puede preservar y atestiguar que tiene un catálogo de recursos patrimoniales que son absolutamente desconocidos. Pero ahora que las infraestructuras han mejorado tenemos un potencial enorme de recursos naturales e histórico-artístico culturales. Y ya trabajando con la alcaldesa de Zamora en ese proyecto de Zamora-Braganza como patrimonio mundial, también está el tema del Duero. Es decir, en cada Raya tenemos esos mismos potenciales pero naturalmente desarrollados en función de las especificidades de cada espacio.

-Se están creando tantos organismos, agrupaciones europeas, la macrorregión... ¿No sería posible una convergencia de proyectos, un todos a una?

-Cada cual tiene su papel pero es evidente que para poder plantear una política de cooperación transfronteriza han tenido que pasar los años desde el 92 hasta este momento. Digamos que hemos pasado por la etapa infantil del proceso. Después de cuatrocientos años de tener "as costas tornadas", hemos empezado a intentar saber cooperar. Ahora mismo el reto es la cooperación transfronteriza de segunda generación y en esto sí que hay que darle un tirón de orejas a las administraciones. No sabemos gastarnos el único dinero que en este momento sigue entrando a través de regiones objetivo 1 y proyectos de sustitución de los Interreg por la cooperación transfronteriza de segunda generación. Un ejemplo. Hace unos días ha habido una reunión en Braganza, en la eurorregión Chaves-Verín, donde el secretario del Eje Atlántico Xoan Vázquez, ha dado un golpe en la mesa diciendo: se nos han ido fondos europeos porque ustedes no han sido capaces de gestionar esos fondos. Y eso significa que la frontera todavía no está en la conciencia de esas administraciones como debiera. Porque seguimos siendo región de Objetivo 1 y que se nos vayan presupuestos por incapacidad gestora para gastarlos significa que ya no podemos volver a pedir más mañana. Es una llamada de atención para este tipo de proyectos que todavía inyectan dinero europeo; por lo menos si la primera cooperación transfronteriza ha tenido que ser una especie de bachillerato, que ahora entremos en la Universidad con la segunda generación y hagamos proyectos integrados.

-Pero no todas las regiones han ido al mismo ritmo

-Desde luego el Eje Atlántico empezó mucho antes que nosotros y sobre todo a través de lo más importante, que eran los acuerdos entre empresarios. Antes de que se firmasen los acuerdos políticos había intereses empresariales, sobre todo en materia de turismo. Esa ósmosis entre Pontevedra-Vigo-Porto y todo el sector de las áreas metropolitanas ha sido la operación de cooperación más intensa, la de Galicia-Norte de Portugal por ese sector. Luego podemos estar nosotros (Extremadura), que firmamos convenios de cooperación, que desarrollamos gabinetes de iniciativas transfronterizas. Pero cada Raya tiene sus propias connotaciones. Nos interesaría ver cómo funciona ese nivel empresarial antes de que los políticos se sentaran a una mesa, lo que pasa es que no podemos pedir que en todas las rayas haya empresarios y capacidad de relaciones comerciales y económicas porque no todas las rayas tienen la misma característica.

-La falta de población, la gran lacra de estos territorios, ¿cómo puede lastrar en ese desarrollo?

-Esto es clave, el proceso de desarrollo local. Justamente tanto Proder, tanto Leader, hay que ensamblar esos proyectos teniendo en cuenta que si hay un incentivo que fije la población al territorio, hoy por hoy es el turismo. La maquinaria que hoy está tirando no solo es el turismo de sol y playa, es el de interior que puede ofrecer no solamente una calidad extraordinaria sino unas alternativas a esos segmentos de turismo cultural, de interior, ecoturismo, agroturismo, formas que están demandándose en Centroeuropa. Hay un 30% que está demandando calidad ambiental, paisajes no tocados, autenticidad. En temas como éste del patrimonio mundial la única manera de poder estar en el patrimonio mundial es con esos principios de autenticidad y excepcionalidad.

-Que se encuentran en la Raya

-Claro, tenemos autenticidad porque por desgracia, entre comillas, hasta ahora los terrenos no han sido machacados. Ahora, con las ventajas de la mejora de infraestructuras y los aproximadamente 5,5 millones de habitantes en toda la Raya, se trata no solamente de fijar esa población sino de generar incentivos de atracción ahora que la movilidad y sobre todo el tipo de turismo se ha transformado totalmente. Estamos iniciando el proceso para que la Raya sea un destino.

Zamora

Antonio J. Campesino Fernández es un zamorano de la plaza del Fresco enamorado de su tierra, aunque lleve años fuera. Doctor en Geografía e Historia por la Universidad de Salamanca, profesor titular de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Extremadura y catedrático de de Análisis Urbano y Regional de la Universidad de Extremadura, Campesino Fernández coordina el proyecto de investigación nacional sobre el turismo de frontera como motor de desarrollo. Después de 30 años investigando la Raya, este catedrático está convencido del «potencial enorme» de un territorio que precisamente conserva su excepcionalidad por el abandono secular. Sin embargo, para Campesino ha llegado el momento de aprovechar ese caudal de recursos.