El rico legado de uno de los grandes filólogos alemanes de la escuela de Hamburgo, Fritz Krüger, elaborado sobre el dialecto de Sanabria, en el periodo de 1921 y 1922, sale a la luz tras la publicación del Atlas Lingüístico de la Sanabria interior y de la Carballeda- La Requejada de Juan Carlos González Ferrero, editado por la Diputación Provincial en colaboración con el Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo y las entidades Caja Duero y Caja España. La amplia obra recoge material inédito de sus trabajos de campo, fotografías y mapas sobre la lengua que amplían y completan la primera obra de Krüger traducida del alemán y reeditada en 1991 por el IES Florián de Ocampo. El diputado José Luis Bermúdez recalcó que el este trabajo «completa el conocimiento de la comarca sanabresa». Pedro García Calvo, director del IES Florián de Ocampo, trazó el semblante profesional de Juan Carlos González, doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca y profesor de Lengua y literatura castellana en Toro, además de vocal del Instituto «amén de un prestigioso investigador en su temática específica, sobre lingüística y más concretamente sobre el dialecto leonés».

González analizó la situación actual del dialecto leonés en la comarca de Sanabria «cualquier persona que vayamos a un pueblo de Sanabria, a San Martín de Castañeda, Santa Cruz de Abranes, Río de Honor, vamos de turismo y seguramente vamos a pensar que está desparecido. Pero si convivimos un tiempo, si conseguimos romper la frontera entre lo formal y lo familiar, nos podemos llevar la sorpresa de que está más vivo de lo que al principio nos parecía. Efectivamente el leonés ha retrocedido, sobre todo comparado con los tiempos de Krüguer, una barbaridad. Ahora mismo lo que queda, que no es ni mucho ni poco, es lo que queda, está recluido en el ámbito familiar precisamente por el estigma que ha pesado sobre él siempre, es decir la escasa consideración de pensar que no es una modalidad medieval diferente al castellano, sino que era el castellano mal hablado. La idea importante que hay que hacer llegar a estas personas es que no es cierto, primero que el leonés sea un castellano mal hablado y en segundo lugar hay que hacer llegar la idea de que tiene derecho a hablar lo que han aprendido de sus padres, lo que sus padres aprendieron de su abuelos». Ignorantes, brutos y analfabetos

La obra recoge material inédito de los trabajos de campo realizados en el periodo de entreguerras por Krüger, que se traslada entre noviembre 1921 y febrero 1922 a Sanabria para estudiar la lengua y cultura material de la región. Tres años después publica La cultura popular en Sanabria, cuya versión original está en alemán. El objetivo de estudiar la cultura está plenamente cumplido, y el estudio de la lengua lo fue posponiendo. El estudio de la cultura material tuvo una notable repercusión y enfocó sus siguientes trabajos hacia estudios similares en otras regiones de la Romania, por Italia, Francia y España. Krüger fue procesado por pertenecer al partido nazi y se exilia a Argentina. En 1960 el Gobierno alemán rehabilita su nombre. De la relación que establece con el lingüista Luis Cortés Vázquez, que también ha recorrido Sanabria, retoma sus estudios lingüísticos. Los cuadernos de campo son «un tesoro» por la calidad y la información que aporta. En la década de los 20 el leonés era una lengua viva en Sanabria, no era un leonés residual. Ignasi Ros Fontana licenciado en Geografía e Historia es quien indaga, en 1996, sobre el legado y, tras contactar con la familia, traslada a España parte de la obra de Krüger. El autor precisó que «la vigencia que tienen estos materiales y la frescura pese a haber sido recogidos hace tanto tiempo». El investigador alemán recorrió 70 pueblos aunque en el estudio están identificadas 9 localidades y otras 10 se han extraído cotejando con material de otras obras.