La villa de Tábara ha aprovechado el último tramo del invierno para recuperar por todo lo alto la ancestral matanza tradicional del cerdo consiguiendo su principal objetivo de poner en valor y dar a conocer a las nuevas generaciones una costumbre que se desarrollaba en todos los pueblos con vistas a llenar una despensa que luego durante todo el año abastecía a las familias en la casa y en las labores del campo.

Tras el sacrificio llegaba el chamuscado con pajas de centeno y su lavado sobre las escaleras aguantadas sobre un viejo carro, algo que llamó la atención de los vecinos y foráneos, muy en particular de los más jóvenes, que nunca lo habían visto antes.

Agustín De Dios Pernía, auténtico impulsor de la idea, cocinero de profesión y promotor del centro de turismo rural «El Roble» fue el encargado de elaborar la chanfaina que hizo las delicias de los comensales en un almuerzo donde no falto la degustación de los variados productos del cerdo por cortesía de «Pascualín»: desde los chorizos a los torreznos y morcillas, regados con los sabrosos caldos del pago Ramayal de Ferreruela.

El maestro folclorista Alfredo Domínguez Prada, de Carbajales de Alba y Marta Marcos, fueron los encargados de amenizar una jornada festiva donde las mujeres lucieron su mejores galas de antaño. La música de dulzaina y tamboril metió en ambiente al personal disfrutando de lo lindo.

Agustín De Dios Pernía se mostraba seguro y satisfecho: «La comarca de Aliste Tábara y Alba, el entorno de la Sierra de la Culebra, es una de las mayores y mejores despensas de productos gastronómicos naturales y de alta calidad y creemos que debe de ser una de las potencialidades de desarrollo para la zona». La matanza tradicional fue el prólogo a las primeras Jornadas Gastronómicas del Cerdo que hoy abren sus puertas en la Villa de Tábara gracias a la incitativa de Agustín de Dios Pernía. Torreznos fritos, morcillas, chichos, patatas con costillas o chumarro a la brasa con caldos de Ferreruela serán el gran atractivo para culminar el invierno.