La población de Porto de Sanabria vivía ayer noche en con un estado de indignación mayúscula porque desde las 14.00 horas del pasado martes sufría una falta total del servicio de telefonía. Ni fijos ni móviles funcionaban desde el mediodía del pasado martes.

Alguno de los vecinos que precisaba llamar por teléfono a la ambulancia para acudir hoy al Centro de Salud de Lubián, recurrió al Ayuntamiento para tratar de encontrar una solución. Al alcalde, el popular Rogelio Carracedo, y al secretario no les quedó más remedio que desplazarse por la carretera de Valdín hasta el límite con Orense para encontrar cobertura en lo alto de la serranía, a través de sus móviles, y pedir el servicio sanitario.

No obstante, los intentos por contactar con Telefónica chocaron contra la procelosa atención de un servicio que prolonga las esperas y da traslado de la urgencia a diferentes departamentos. Una mujer «con acento sudamericano» al final dijo que «paso aviso». En caso es que varias horas después, ayer noche, los portexos todavía seguían desconectados y sin servicio telefónico, ni en sus móviles ni en sus fijos.

«La gente está que se sube por las paredes» expresaron ayer fuentes locales desplazadas a otros municipios con la indignación corriendo por sus venas.

Ante el malestar reinante y el calado del problema, por el gran número de horas desprovistas de servicio telefónico, el Ayuntamiento de Porto se planteaba ayer tarde llevar el caso a una próxima sesión plenaria para debatir el mantenimiento o la finalización del convenio suscrito con la compañía Telefónica.

Se da el caso de que el Consistorio de Porto cedió a la compañía un local en el viejo Ayuntamiento para la instalación de sus equipos, y además compró los terrenos donde plantó la torre necesaria para dar operatividad a la telefonía móvil.

Se hace especial hincapié en que Porto es una población radicada en la lejanía de la provincia de Zamora, donde es absolutamente necesario el servicio telefónico. Personas que requieren atender sus calefacciones, restaurantes y actividades que necesitan demandar productos para cumplir con los clientes han sufrido con especial incidencia la falta del básico servicio.

Porto, según precisaron ayer fuentes municipales, cuenta con una población de 230 personas censadas y «el 65 por ciento son personas de más de 65 años». La falta del servicio telefónica y la mala respuesta de la compañía al problema imperante fue ayer el tema que más calentó la atmósfera de los bares portexos. «La gente decía que no iba a pagar la factura de este mes», señalan fuentes locales desplazadas fuera,

Remarcaban la importancia del servicio telefónico en un pueblo que sufre con especial contundencia los rigores del frío y de las heladas, y que cuenta con una carretera que no invita a la circulación más que por imperativos de la necesidad.

Ayer todos estaban pendientes del tiempo que se avecina para estos próximos días, con temor a los hielos y a la nieve. Los teléfonos móviles, el del regidor entre ellos, no dejaban de soltar anoche«el teléfono está apagado o fuera de cobertura», y los fijos de molestar con su impertinente soniquete de los ocupados o desatendidos.