Hay quien vio a tiempo lo que se venía encima y hace tres o cuatro años empezaron a tomar medidas. Hoy todos, empujados por la debacle económica, hacen encaje de bolillos para intentar, sino cuadrar cuentas al menos endeudarse lo menos posible. Cuando el PP plantea en su programa la agrupación de servicios, los alcaldes coinciden en respaldar la medida, siempre que no se traspase la línea roja de la pérdida de la autonomía municipal.

«Habría codazos por ser cabecera de municipios», augura Fernando Ruiz, alcalde de Vadillo de la Guareña. «A ver quién suelta el Ayuntamiento, a menos que te quedes sin gente. Otra cosa es que, cada vez con menos dinero, busquemos un sistema para que los ayuntamientos tengamos los servicios al menor coste». Con unos 320 habitantes, Vadillo presume de tener las arcas saneadas. «Hace tiempo que recortamos gastos. Hay pueblos que se han cargado con alguaciles, empleados de una cosa y otra, y el personal hay que pagarlo. Nosotros tenemos el alguacil y un operario de usos múltiples con media jornada y luego el secretario. Esto no da para más».

Sin llegar ni a los cien vecinos, el alcalde de Abezames confiesa que a veces se mira de reojo a los grandes -en su caso Toro- por si hubiera tentaciones de eliminar a los pequeños ayuntamientos. «Los municipios queremos seguir siendo municipios» reivindica el alcalde, Donato Rodríguez, con cuatro mandatos a sus espaldas como regidor y otros dos como teniente de alcalde. «Hombre, nos apañamos mal -se sincera este alcalde-, pero nadie quiere renunciar a su autonomía». Para recortar gastos, Abezames ha instalado un alumbrado de bajo consumo que rebaja la factura «casi un 40%» y han reducido los gastos de fiestas.

Rodríguez cambiaría el sistema de subvenciones «porque a los pequeños nos asfixian por el porcentaje de aportación que nos piden». Tanto es así que se plantea renunciar a una para el consultorio. «No interesa porque con los 1.500 euros que me piden hago otras cosas».

A Fidel González, de Mayalde, la agrupación de municipios le suena a música celestial. «Llevamos seis años con un secretario solo para nosotros, hemos pedido no se cuántas veces a la Diputación una agrupación para repartir el coste del secretario y así seguimos. Es que no he recibido ni una llamada de teléfono. Sobre el papel todo es muy bonito pero luego hay que bajar a la realidad». Aún así, este alcalde se muestra partidario de agrupar los máximos servicios posibles, y así lo ha propuesto a la Mancomunidad, consciente de que es una buena medida para ahorrar costes.

Mientras tanto en Mayalde «llevamos años ahorrando». ¿Cómo?. «Donde más se puede recortar en los pueblos es en fiestas. Es verdad que la gente de fuera te exige más pero con coste cero para ellos. Desde luego yo no voy me voy a arriesgar a dejar sin suministro eléctrico al pueblo por una buena orquesta en verano. Eso lo tengo claro».

En Pajares de la Lampreana, los niños al entrar en la escuela tienen un cartel informativo. No se debe malgastar la luz ni el agua, viene a decir. Apagar y cerrar los grifos. Puede ser algo más simbólico que efectivo económicamente, pero forma parte de la filosofía que quiere transmitir el Ayuntamiento. «Creo que los vecinos se están mentalizando de la situación que atravesamos los municipios», apunta la alcaldesa, Mª del Carmen Rodríguez. «Nosotros siempre hemos sido austeros, esto no nos ha pillado por sorpresa».

Para esta regidora terracampina la idea de agrupar municipios hay que tomarla «con mucha cautela. No es hacer nacionalismo pero cada pueblo es un mundo y cada municipio tiene su amor propio». Otra cosa son los servicios compartidos para rentabilizar recursos, como en su caso ya hacen los pueblos de la zona a través de la Mancomunidad, que permite gestionar conjuntamente la basura y asuntos urbanísticos. «Con el consenso se pueden hacer muchas cosas y llegar a más servicios porque se trata de ahorrar».

Por si solo, el Ayuntamiento de Pajares lleva «años» aplicando medidas, dice su alcaldesa. «Me adelanté a suprimir la plaza de alguacil» y también han concentrado las actividades lúdicas y de formación en el pueblo en un mismo edificio, y alternando los horarios para «aprovechar ahora en el invierno el calor de la calefacción y ahorrar luz. Yo creo que la clave es utilizar los servicios públicos como si fueran de tu misma casa», concluye Mª del Carmen Rodríguez, quien no duda incluso en «regatear» cuando la ocasión se presenta.

A diferencia de otros ayuntamientos, que consiguen ingresos extra con el IBI de embalses, eólicos o la caza, el de Moralina de Sayago se tiene que apañar con las aportaciones del Estado y subvenciones cada vez más escasas. Por ello, la posibilidad de agrupar servicios es muy bienvenida por su alcalde, Edesio Cardeñosa, quien tiene un ejemplo bien claro del beneficio de este sistema con el taller de empleo desarrollado el año pasado en agrupación con otros tres pueblos. «A la Junta le resultó una idea novedosa y bastante buena», recuerda Cardeñosa. Por eso, este año intentan repetir la fórmula a través de una subvención para nuevos yacimientos de empleo.

«No queda más remedio que juntarse para gestionar ciertas cosas, otra cuestión es la agrupación de municipios porque nadie quiere perder su Ayuntamiento», apunta el regidor sayagués, quien pone el acento en el incumplimiento de pagos por parte de administraciones superiores. «Claro que debe dinero Moralina, pero es que la Diputación y la Junta nos deben a su vez 60.000 euros de subvenciones. Eso, para un pueblo con un presupuesto de 200.000 y sin ningún ingreso extra, nos hace polvo».

Esos «extra» que añora Moralina sí los tiene por ejemplo Requejo de Sanabria, a través de los parques eólicos. Todo un respiro para las arcas municipales, reconoce su alcalde, Santiago Cerviño. «Mientras se mantengan las aportaciones de las renovables, al menos durante los próximos 30 años, podemos llevar bastante bien los ayuntamientos».

Eso no quiere decir que los alcaldes no sean austeros. En Requejo, el Ayuntamiento elabora un informe para instalar alumbrado de bajo consumo y además, con el actual, ya se ahorra a través de un sistema de baja intensidad. Además comparte el secretario con Pedralba y la recogida de basuras con la Mancomunidad.