Los ayuntamientos zamoranos tienen que apretarse -más- el cinturón y sacar dinero de donde sea para reducir los gastos que mes a mes llegan a los consistorios. Apagón del alumbrado público, retirar los móviles a los ediles, suspender las fiestas durante varios años, cambiar las luminarias por unas de bajo consumo, cobrar por expedir documentos o salirse de la mancomunidad de abastecimiento de agua son algunas de las medidas ya adoptadas para poder salir de un bache que para la mayoría de los pueblos se ha convertido en un inmenso barranco del que podrían tardar en ascender decenas de años.

Los consistorios zamoranos sumaban una deuda viva (la suscrita con las entidades financieras, sin incluir las obligaciones con los proveedores) a finales del pasado año de 48,7 millones de euros, a los que habrá que añadir lo «destapado» en lo que va de año. Cinco municipios presentaron en 2010 una deuda viva superior al millón de euros. Así, el Ayuntamiento de Zamora registró en 2010 una deuda por encima de los 20 millones de euros, la más elevada de la provincia, según los datos recogidos por el Ministerio de Economía y Hacienda, una cifra, no obstante, inferior a la registrada en 2009, que fue de 27,4 millones.

Por detrás del Ayuntamiento de la capital se sitúa el de Benavente, con una deuda suscrita de 6,3 millones euros, seguido por el de Toro, con seis millones de euros y el ayuntamiento de Coreses, con un débito de 1.390.000 euros. El grupo de entidades locales de la provincia que suscriben con los bancos una deuda superior al millón de euros se completa con la localidad de Morales del Vino, con una cantidad de 1.379.000 euros.

En total son 113 de las 248 localidades las que tienen contraída algún tipo de deuda con las entidades bancarias, aunque con cifras menores al millón de euros, algunas tan pequeñas como Castrillo de la Guareña (10.000 euros), Cerecinos de Campos (7.000 euros), Fuentes de Ropel (8.000 euros) o Peleagonzalo (8.000 euros). En el caso contrario, las 135 localidades restantes de la provincia tienen sus deudas con los bancos a cero. Es el caso de Arcenillas, Barcial del Barco, Brime de Urz, Carbajales de Alba, Ferreruela, Losacio, Morales de Valverde, Olmillos de Castro, Otero de Bodas, Pozuelo de Tábara, San Cristóbal de Entreviñas, Sanzoles, Villanueva del Campo o Trabazos, entre otras.

Por peregrino que parezca todo es válido para poder arañar los céntimos necesarios para salir de la penosa situación, hasta suspender dos años las fiestas y aplicar la teoría de la economía doméstica como en el caso de Santa Clara de Avedillo. Lo mismo hizo ya hace dos años Villamayor de Campos con las fiestas de La Asunción y dejando casi en nada las del Corpus. Y es que hay pueblos donde llueve sobre mojado, como en el caso de Trefacio, que además de pasar el pueblo las noches a oscuras «no hay día que pase sin sorpresas en las cuentas» como lamenta su alcalde Jesús Ramos. Las orejas vio al lobo Almeida de Sayago cuando sus edificios municipales (consistorio, local de servicios múltiples, tanatorio, guardería y colegio) se quedaron sin suministro eléctrico por no haberse abonado las facturas. De la criba solo se libró el centro médico porque la compañía tuvo a bien pensar en las urgencias.

La localidad de Pobladura del Valle es una de las más drásticas en tomar medidas ahorradoras y a parte de un apagón del alumbrado público en la mitad del pueblo, suma la retirada de móviles al alcalde y concejales y vuelve a suministrar a los vecinos con agua del pozo, en vez de utilizar el de la comarca.

Coreses, con una deuda superior al millón de euros, ha comenzado a dar tímidos pasos con el control de los horarios de la calefacción y de las lineas telefónicas, alguna de las cuales estaban en edificios que no se usaban y en la actualidad se estudia el estado real del Consistorio para después informar a los vecinos. El alcalde del municipio, Luis Hernández, reconoce que se intenta ahorrar con estas medidas y «aunque no es mucho si que podremos llegar a un ahorro de 6.000 euros al año».

Todas las corporaciones hacen cábalas para tapar el agujero pero nadie parece tener la varita mágica para ello y a esto hay que sumar la retención del pago de su participación en los tributos del Estado (PTE) anunciada el pasado día 11 por el Ministerio de Economía y Hacienda a más de medio centenar de municipios de la provincia de Zamora que todavía no han cumplido con la obligación legal de presentar los datos de liquidación de sus presupuestos correspondientes al ejercicio de 2010.

Y es que las cifras son un suma y sigue. Así la deuda del conjunto de entidades locales de la provincia, incluidos los 248 municipios y la Diputación asciende a 80,9 millones de euros, según un estudio elaborado por la multinacional Vortal. En este informe se estima que las administraciones locales zamoranas podrían ahorrar 4,4 millones de euros a lo largo del próximo mandato si realizaran sus compras de manera electrónica, lo que equivale al 5,4 por ciento del importe de la deuda en la fecha de referencia, es decir, a finales de 2009. La utilización de redes telemáticas para la realización de documentación propia de la administración pública provocará un fuerte ahorro en papel que podría ascender a los 2.500 millones de euros anuales.

Peleas de Abajo

Con una deuda de 4,6 millones de euros el Ayuntamiento de la localidad está al borde de la quiebra. En los últimos treinta años gobernados por Josefa Rodríguez y Marcelo Jurado el municipio ha tenido que hipotecar fincas y montes municipales.

Almeida

El Ayuntamiento tiene una deuda de 200.000 euros, de la que el alcalde Domingo Martín no quiere dar cuentas. Los impagos llevaron a Iberdrola a cortarle la luz de los edificios municipales.

Trefacio

La localidad sanabresa está sin fondos y la actual Corporación se encontró con una deuda de 450.000 euros acumuladas durante al anterior mandato de 28 años. El Ayuntamiento ha cortado el alumbrado nocturno, no tiene calefacción, ni ordenados y no puede contratar personal administrativo.