Catorce municipios de la provincia de Zamora ponen en marcha este otoño el sistema de regulación del aprovechamiento micológico promovido desde el Proyecto para la Regulación y Comercialización de los Recursos Micológicos MYAS RC, financiado de forma compartida por la Junta de Castilla y León y por la Diputación Provincial de Zamora y desarrollado por la fundación Centro de Servicios Forestales (Cesefor).

La implantación del proyecto MYAS RC en la provincia es «notable», con más de 31.000 hectáreas reguladas, según señalaron fuentes de la Diputación de Zamora, mientras que el total de superficie objeto de regulación en Castilla y León supera las 300.000 hectáreas tras años de regulación en varias provincias.

El espacio regulado se corresponde con monte público, en su mayoría, espacios catalogados como Montes de Utilidad Pública, quedando fuera de tal regulación las fincas privadas y algunos montes comunales. En la provincia se diferencian la unidad de gestión micológica de Sanabria y La Carballeda, constituida por los municipios de Espadañedo, San Pedro de Ceque, Manzanal de los Infantes, Asturianos y Porto, de la de Aliste, Tábara y Alba, formada por los municipios de Rábano, San Vitero, Mahíde, Trabazos, Viñas, Tábara, Riofrío, Ferreruela de Tábara y San Vicente de la Cabeza.

La escasez de lluvias ha retrasado el inicio de la campaña micológica de otoño, según indicaron las mismas fuentes. No obstante, hace varios días que están disponibles los permisos para la recogida de las setas en los distintos puntos de expedición, sobre todo, ayuntamientos y establecimientos hosteleros.

Las tarifas dependen del origen del recolector, de la duración del permiso y de la cantidad que permiten recoger. El precio de los permisos oscila desde los 5 euros que cuesta un permiso recreativo de temporada para los vecinos de las localidades de Sanabria y la Carballeda, hasta los 700 que han de desembolsar los recolectores foráneos en la Unidad de Gestión de Aliste Tábara y Alba, si quieren adquirir un permiso de tipo comercial para toda la temporada y sin limitaciones de cantidad.

Tanto desde el proyecto como desde los ayuntamientos en regulación se ha tratado de favorecer a los vecinos de las localidades productoras de hongos silvestres, de modo que las tarifas son mucho más elevadas para los recolectores que llegan desde otros territorios, en especial, cuando lo hacen con fines comerciales. Los objetivos que persigue el proyecto MYAS RC son asegurar la conservación de este recurso natural «tan sensible» y conseguir que el aprovechamiento micológico se convierta en un «motor de desarrollo económico» en aquellas zonas de elevada producción de setas de interés comercial.