La Guardia Civil investiga la muerte de un ciervo abatido en Asturianos, posiblemente haciendo uso del arco y la fecha. Una modalidad prácticamente inusual en la caza mayor zamorana, aunque no desconocida del todo. La Benemérita interviene en este caso a raíz de una denuncia interpuesta en el cuartel del Puebla de Sanabria. El denunciante puso de manifiesto el hallazgo, el domingo pasado, del cadáver del venado en unos prados, y apuntó sus sospechas de que presumiblemente había fallecido a consecuencia de un flechazo.

El ejemplar, «de unos tres años de edad», llevaba incrustado el objeto y todo hacía sospechar que había sido abatido con el uso del arco. La fecha presentaba, según fuentes cercanas al caso, «unas cuchillas muy cortantes y un mástil de camuflaje con una parte trasera de color naranja chillón».

Las consideraciones iniciales, a la vista de lo contemplado, es que el presunto autor o autores de la caza pensaran «que habían errado» el disparo del flechazo, o que el animal marchara y muriera al cabo «por desangración», debido al corte de los tejidos y vasos sanguíneos.

Agentes de la Guardia Civil del puesto de Puebla se acercaron seguidamente hasta la pieza aparecida en los parajes de Asturianos y procedieron a una meticulosa retirada de la fecha con el fin de intentar encontrar posibles huellas, además de realizar una serie de fotografías del animal muerto y ya aprovechado por los lobos.

El uso del arco y las fechas como método de caza en la zona es considerado por especialistas en caza como fuera de toda práctica, y hay quien lo concibe como un posible intento de ejercer el furtivismo sin ruido alguno ni detonaciones que alerten sobre el ejercicio de la caza.

Por contra, responsables de la gestión cinegética ponen de manifiesto que en Zamora «hay más gente de la que se sospecha» que practica la caza con arco.

Aunque lo consideran bastante inapropiado para abatir animales de la envergadura del ciervo porque, según afirman, «tela marinera para matar con flecha a un venado.

Desde luego, es un sistema mucho menos fulminante que el de las armas de fuego. Tales fuentes precisan que con el arco es preciso atinar «en un punto vital, como el tórax o el cuello, porque su energía nada tiene que ver con la del rifle». Apuntan, además, a la imperiosa necesidad de acercarse «a veinte o veinticinco metros» del animal puesto en el punto de mira para disparar. Hace mención a que la práctica de la caza con arco responde a cazadores que gustan de tener otros alicientes y consideran que con el arco «dan más ventajas al animal» que si portaran rifle. No obstante, también alude a casos en los que la faena debe ser rematada por el agente medioambiental o con el uso del rifle porque la res enflechada no cae y sale campo a través.

Es una modalidad novedosa que también tiene su particular queja por parte de algunos agentes medioambientales encargados de acompañar al arquero. Y es que una misión como abatir a una pieza mayor, que lleva su tiempo cuando se realiza con rifle, puede verse eternizada cuando se trata de cazar con arco y flecha, precisamente por la urgencia de acercarse a pasos del objetivo que, además, debe entrar entre los elegidos o seleccionados dentro de la gestión cinegética.

La caza mayor en el término de Asturianos ha sido motivo en los últimos años de un caso judicial que todavía se mantiene en la Audiencia Provincial.

El caso surgió a raíz de la denuncia de la caza ilegal practicada en el término y que dio como resultado una operación de cierta envergadura de la Guardia Civil que también derivó en la investigación de una presunta comercialización de la carne cazada.

En este campo del furtivismo, también fue hallado no muy lejos de Asturianos, en Vime de Sanabria, aunque con anterioridad, el cadáver de una cierva. El animal fue dejado en las proximidades de una casa del pueblo. En este caso fue abatida mediante el uso del rifle.

Y recientemente también fue hallado en el término de Peque el cuerpo de un ciervo, pero descabezado. Se hallaba en las proximidades del curso del río Negro y, en este caso, se desconoce si la muerte de la res fue obra de una montería o del furtivismo, sospechándose más bien por una ilegalidad debido al abandono del cuerpo del ciervo.