Los servicios de extinción de incendios de la Junta de Castilla y León llevan, con la jornada de ayer, tres días intentando acabar con el fuego desatado en el Cañón del Tera. Es una zona de difícil acceso para cuadrillas terrestres y medios mecánicos que obliga a intensificar la intervención de los medios aéreos.

Desde primeras horas de la mañana de ayer un helicóptero sobrevoló la zona del incendio recogiendo agua en las presas de la parte alta de la Sierra de Segundera -al parecer de la zona de Vega de Tera- ante la mirada de los vecinos del pueblo Viejo de Ribadelago. Estos vecinos señalaban que los helicópteros trabajan desde hace tres días para remojar el paraje de Furniellos, tomado por las llamas.

A las cuatro de la tarde se hizo visible el humo desde todos los puntos de Ribadelago y las llamas se avistaban incluso desde el pueblo Nuevo, en la cresta del valle del Tera. A primera hora de la tarde el helicóptero regresaba a la base, al parecer la de Rosinos de la Requejada, la más próxima. El aparato reanudó las labores sobre las 14.15 horas. A las cuatro de la tarde se reforzaban los medios aéreos con dos avionetas más, dedicadas a descargar agua sobre el Cañón. Parece ser que una cuadrilla también operaba ayer sobre un terreno de orografía complicada.

Al intensificarse el calor, cerca de los 30 grados de temperatura, entre las dos y las cuatro de la tarde el fuego cobró más intensidad, cuando alcanzó masas vegetales más cuantiosas. A las seis de la tarde la patrulla del Seprona se allegaba a la zona afectada.

El roquedo de Forniellos ha estado ardiendo más de 72 horas aunque de forma poco visible. Ha ardido toda la vegetación que crece en las zonas escarpadas, propagándose por las raíces y la vegetación sumamente seca a estas alturas de un otoño sin agua, como explicaban ayer vecinos de Ribadelago. Apagar estos incendios es complicado porque es imprevisible el punto por donde rebrotarán las llamas y se reaviva el incendio. Ayer, el fuego finalmente ascendió de forma notoria por el pico de Furniellos hacia la cresta.

La zona es una de las más concurridas ya que por el valle discurre la ruta pedestre del Cañón del Tera. La distancia al casco urbano del pueblo viejo es de poco más de dos kilómetros. Es difícil calcular el número de hectáreas quemadas ya que es todo en una zona de pendiente, en montaña y entre las rocas, en un área comprendida entre Ribadelago y el término de San Martín de Castañeda. No hay datos oficiales de la Junta sobre los efectivos que trabajan en la zona, ni sobre la superficie que después de tres días de incendio puede estar afectada.