Un matrimonio de Sanzoles denuncia la inundación de una bodega de su propiedad causada por el riego de un jardín municipal cercano y por «una posible avería en una acometida del pueblo». Esta circunstancia se prolonga desde hace un mes y afecta tambien a otras tres cavas del entorno.

El agua ha provocado la inundación total de las instalaciones, la cubierta se está cayendo, las cubas de madera están totalmente mojadas y se ha perdido el vino que había almacenado dentro. Según ha explicado el dueño de la cava «está totalmente inundada desde hace un mes y de allí saco entre 4.000 y 3.000 litros de agua con bomba todos los días sin descanso», explica Domingo Casas.

Su mujer, Josefa Hernández, remitió el pasado 20 de septiembre un escrito al Ayuntamiento explicando la situación de su propiedad «sin que hasta el momento hayamos recibido contestación o alguien se haya acercado por allí a ver como está la cosa».

Casas muestra su indignación ante el caso omiso recibido por el Consistorio de Sanzoles que le ha llevado a acudir a la Diputación, a la Guardia Civil y ante los responsables del suministro de aguas «para denunciar la situación». Así asegura que «si fuese un particular el que está tirando ese agua, te denuncian fijo o bien la Guardia Civil, el Ayuntamiento, la Diputación o todos juntos y como no es así no hay forma de que te hagan caso en ningún lado».

Los afectados insisten en que la inundación comienza con el riego de un jardín municipal, ubicado en la calle San Sebastián, próximo a su bodega de unos 70 metros cuadrados que «riegan indiscriminadamente durante seis horas, pero ahora, todo se ha agravado por alguna avería en el suministro de agua». La situación afecta también a otras tres cavas del entorno, pero «por alguna circunstancia los dueños no han denunciado la situación».

Domingo Casas denuncia los perjuicios causados por esta situación que, a parte de los causados en las instalaciones, le impedirá poder vendimiar este año y hacer vino. «Las cubas de madera que hay dentro algunas de cinco metros y medio de largo por más de tres de alto se van a estropear, pero lo que más me preocupa es que se caiga la bodega y todo lo que hay quede sepultado allí», concluye.