Antonio Garrote produce cultivos de una magnitud descomunal tras hacerse con una semilla procedente de Barcelona. Tras las primeras cosechas las semillas han pasado a manos de otros amantes del huerto y hoy día «hay un pequeño pique», una sana competencia en la zona por ver quien consigue los productos más gigantescos, afirma Alberto Fernández.

Este año Antonio Garrote ha logrado calabazas de casi 60 kilos. Son ejemplares «de rica y tierna carne rosada», que probablemente acabe en su mayor parte como apetecible alimento de los gorrinos y, en otra parte, «congelada en forma de puré». Los requerimientos de semejantes hortalizas para su crianza, no son exigentes, pues se conforman con poco mas que el agua de vez en cuando. Cuando alcanzan su mayor dimensión los superlativos productos, el huerto da la impresión de ser una parcela cultivada para gigantes.

Antonio Garrote practica la horticultura con una devoción digna de encomio. Sus develo da para nutrir sobradamente a la familia y para regalar. Los pimientos rojos asados son otra de sus pasiones. Hace lumbre» con leña de cepa porque la madera aguanta bastante tiempo el calor». Se les va dando vuelta muy lentamente a fuego lento y, una vez asados se meten en un recipiente de plástico, que antiguamente era de mimbre, para que se entrecuezan dentro del recipiente. Una vez enfriado se pelan y, «sin lavarlos para no perder sabor», se hacen tiras y se presentan en un plato con aceite y ajo y sal y a comer.