La comarca de Aliste, Tábara y Alba ha perdido a uno de los hijos más ilustres de su historia a nivel mundial: el insigne claretiano Padre Jerónimo Vara Pérez falleció el día 21, próximo a cumplir 97 años, en la población de Barquisimeto, en Venezuela, donde es considerado por la sociedad civil, las instituciones y por sus benefactores como un auténtico santo por toda una vida dedicada en cuerpo y alma a los más humildes. El fue el fundador de «El Banco del Pan de los Pobres» de América Latina una de las iniciativas sociales y humanitarias más efectivas y viables contra el hambre en el mundo.

Su cuerpo ha sido incinerado en tierras venezolanas y mañana devotos, amigos y claretianos de toda España se congregarán en la iglesia de San Pedro de Riofrío, a las 19.00 horas, para celebrar su funeral, allí donde oficio su última misa en Aliste, el día 19 de agosto de 2006, cuando le homenajearon sus paisanos.

Jerónimo nació el día 19 de agosto de 1914 en de Abejera de Tábara, municipio de Riofrío y Diócesis de Astorga, en la familia formada por dos agricultores y ganaderos, Marcelino y Cecilia, que tuvieron otros 4 hijos Francisco (fallecido de tuberculosis en 1938 en Calahorra donde estudiaba), Simona y Tomasa.

Su vida daría un giro radical en 1923 cuando acompañó a su madre al Santo Entierro de Viernes Santo de Bercianos donde conoció a don Paco. Allí, el cura vio a un niño inteligente y despierto, creyendo que podría ir a estudiar. Y a estudiar fue. Un largo éxodo de 14 años sin volver a su pueblo ni ver a su familia.

Con sólo 10 años, su destino fue Segovia, donde luego profesó como Claretiano el 8 de septiembre de 1930 (a los 16). Aún le quedaban 8 de intensa formación hasta ser ordenado sacerdote el 3 de julio de 1938 (con 24). Sus inicios como profesor, entre otras muchas asignaturas, de ciencias, latín y alemán, fue en Aranda de Duero (Burgos).

En 1966, tras 28 años como uno de los docentes más prestigiosos de la Orden de Santa María y Claret en España, tomó la firme decisión de convertirse en misionero para dar su vida por los más pobres y desfavorecidos del mundo. Con 52 años llegó al país donde ya pasaría el resto de sus días: Venezuela. En Nicaragua ya dejó su impronta con la fundación del «Hogar Claret». Seis años de intensa labor y era trasladado a Barquisimeto en 1972 donde pasaría una primera etapa de cinco años.

En 1976 el inquieto padre Jerónimo se ofreció voluntario para la fundación de la Misión Claretiana en San Félix una de las zonas mineras más pobres de América Latina, tanto que ningún cura o misionero quería ir allí. Él lo hizo, fundó la misión claretiana y el periódico «Piar». Su siguiente e inolvidable paso fue la ciudad de Guayana donde tuvo la suerte de conocer a la Madre Teresa de Calcuta, ganándose el cariño y el respeto de la insigne monja, tanto que le nombró confesor y capellán de las «Misioneras de la Caridad», congregación de religiosas fundada por la Premio Nobel de la Paz.

Tras 17 años de luchas y grandes logros sociales en Guayana, Vara Pérez, retornaba a Barquisimeto en 1994. Allí iniciaba una de las etapas misioneras más importantes e históricas de un misionero español en América Latina. Uno de sus primeros logros fue la fundación del Centro Comunal «Emaus» y la creación y puesta en marcha para el popular «Barrio la Feria» de la «Escuela Jiménez» con 5 escuelas de alfabetización de adultos y cuatro centros de oración. En 1995 funda con la Universidad «Lisandro Alvarado» el comedor social de la parroquia Claret que atiende a 85 niños. En 2007 él es el promotor y creador de la Sociedad Civil «El Banco del Pan de los Pobres» hoy buque insignia de la solidaridad en América Latina.

«Mi tío era un hombre muy bueno que dedicó toda su vida a ayudar a los demás, sin un mal gesto, siempre amable»

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Sobrino del Misionero